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martes, 14 de enero de 2014

Viracocha y su Compañero Alado



Es muy popular entre los Andinos y los habitantes del Perú los relatos orales del Coriquenque compañero alado de Viracocha, un picaflor de oro, esta pequeña ave conocedor del presente y el futuro. Huitzilopochtli también tenía un colibrí, como compañero a su lado. Al parecer hay una similitud enorme entre las leyendas orales Andinas y las Aztecas sobre este picaflor andariego.


 

Investigación por Celestino Villalobos

Después de algunas lecturas por aquí y por allá tropecé con estos colibrís o picaflores, pensé desde luego que podría ser una coincidencia, pero como no creo en las coincidencias, pensé que valdría la pena saber más sobre el tema, después de todo sería interesante. Una de las razones principales por las que relacione al picaflor Andino con el colibrí de los aztecas, y aunque posiblemente no tenga nada que ver. Al estar trabajando y haciendo observaciones en la Estela de Isapa No. 5 encontré que el personaje que popularmente conocemos como Nefi en dicha piedra se caracteriza como un Colibrí, este personaje todavía no ha sido identificado plenamente a pesar de todo lo que se ha dicho por los académicos. Aun cuando la piedra de Izapa hace un relato del árbol de la vida, e implica fuertemente a la familia de Lehi como actores principales, Lehi, Sarhia, Nefi, Laman y Lemuel y tal vez Sam, Jacob y José. Esta evidencia no me parece, implica que Lehi haya desembarcado en el área de Centro América, ya que  mis lecturas del Libro de Mormón me invitan a pensar que Lehi, desembarco en Sudamérica lo que significa que este Colibrí  es de origen Andino y caracteriza al personaje de Nefi en la piedra de Izapa. Lo que podemos notar una migración gradual desde el área de Chile hasta los Grandes Lagos de Norte América, ya que más o menos esa fue la dirección que Fray Diego Durán describió la ubicación de Aztlán, estas cuevas están en Teoculuacan, que, por otro nombre, se llama Aztlán, tierra que todos tenemos noticia  caer hacia la parte del norte y Tierra Firme con la Florida. [1] Historia de las Indias de Nueva España. Fray Diego Durán. Tomo II. p. 18.

Es entonces que de Aztlán de donde los Mexicas bajo la dirección de Huitzilopochtli, o colibrí zurdo, los guío hasta fundar la ciudad de Tenochtitlan.


                                              Huitzilopochtli con mascara de colibrí


Dado a que solamente son relatos orales en algunos casos no encuentro documentación para verificar su seriedad, en algunos casos este relato es repetido una y otra vez aún por estudiantes universitarios del Perú y personas   acreditadas  y por otras evidencias circunstanciales concluyo que el relato del Coriquenque  de oro es real.

Me parece muy hermoso este relato en especial:

Viracocha al igual que otras deidades, fue nómada y tenía un compañero alado, el pájaro Inti, una especie de pájaro mago, conocedor del presente y del futuro, representado en mitos como un picaflor de las alas de oro (Quriqinqi).

 

En mis lecturas ociosas, me di cuenta que por lo menos hay tres pájaros en Sudamérica que se le llama “Corequenque” y al principio esto me hizo invalidar los relatos del colibrí de las alas de oro y compañero alado de Viracocha. El primer Corequenque y mi preferido es el Colibrí de Oro, el segundo es un tipo de halcón Andino y el tercero es un tipo de quetzal peruano, pero al parecer sin el plumaje largo de su cola.

Otro de los detalles con respecto de estos Corequenques, son generalmente como deidades, por sus atributos y simbología individuales por ejemplo el colibrí, como mensajero colector de miel y plumaje hermoso, el halcón llamado también como caracará o matamico excelente cazador y el pájaro Pilco de hermoso plumaje, un tipo de quetzal del Perú. Sin duda el plumaje de estas tres aves fueron usadas por el Inca para adornar el llauto y Mascapaicha, las plumas del ave halcón eran blanco con negro.

Por medio de fuentes de algunos cronistas del tiempo de la conquista puedo deducir de la autenticidad de estos relatos orales, ya sea en forma de un halcón, colibrí o quetzal dependiendo del área geográfica de determinado grupo étnico. Por ejemplo en la iconografía del área del Perú y Bolivia en Tehuano el ave por excelencia sería el cóndor, en los días  de  los Maya-Toltecas sería el Quetzal. Lo que las aves siempre han transmitido sentimientos espirituales como mensajeros de los dioses, poseer sus plumas sería adquirir sus atributos, siendo un honor muy valorado.

En la historia; Los Incas del Perú, Sir Clement Markam menciona que Ayar Manco, tenía un cetro de oro que lo usaba para determinar la fertilidad de la tierra, si la tierra era muy fértil el bastón se hundía en su totalidad, que sería el final de su lugar de descanso y fundación. Este mismo personaje tenía un pájaro como falcón que lo tenía en una jaula, y toda la gente lo miraba como sagrado, no podían decir si este pájaro estaba vivo o era artificial, decían que este pájaro era un familiar de Ayar Manco.[2] The Incas of Perú por Clement Markam 1910. p. 50.

Cuando los cuatro hermanos Ayar dejaron sus casas en Tampu-tocco, Manco Ccapac o Ayar Manco, tomó un pájaro como falcón llamado Indi. Ellos pensaban que este pájaro hizo que Manco Ccapac lo sirviera como señor y obligaba a la gente a seguirlo, pájaro llamado “Indi” un espíritu familiar de él. [3] Historia de los Incas. Pedro Sarmiento de Gamboa. p. 37.

 
                                                                Korekenke

Cuando Manco Ccapac está a punto de morir, deja el pájaro “indi” encerrado en la caja, el tupac-yauri o centro dorado, el napa y el suntur-paucar la insignia del príncipe a su hijo Sinchi Rocca para que tomase su lugar. Ibíd. p. 45.

De Manco Ccapac se originaron diez familias, desde entonces comenzaron los ídolos o “huauquis” que era un ídolo o demonio escogido por cada Inca por su compañero y oráculo para darle respuestas. Sarmiento dice que cada soberano Inca tenía un familiar demonio o ídolo que llamaban guauqui. De Manco Ccapac fue el pájaro “inti” ya mencionado, de acuerdo con Polo de Ondegardo, dice que la palabra parece ser la misma como Huauqui o hermano. Ibíd. p. 46.

El bisnieto de Manco Ccapac, Mayta Ccapac siendo de carácter guerrero y muy atrevido fue el primero en distiguirse con las armas después de su bisabuelo. El relato de él fue, que se atrevió a abrir la jaula donde estaba encerrado el pájaro “inti”. Este mismo pájaro que Manco Ccapac trajo de Tampu-tocco que había sido heredado por los sucesores, el predecesor de Mayta Ccapac quien siempre había mantenido callado en la jaula o caja de paja, así era el temor que tenían a esta ave. Pero Mayta Ccapac era temerario más que los demás. Deseoso de mirar lo que sus predecesores habían guardado con mucho cuidado abrió la jaula y vio al pájaro inti y tuvo una conversación con él. Dicen que inti le dio oráculos y desde entonces de la entrevista con el pájaro, él fue más sabio y sabía mejor que debería de hacer y que pasaría. Ibíd. p. 49-50.

El cronista Bernabé Cobo de la historia del Perú menciona que, él “Quenti” o picaflor es el menor de los pájaros que se hallan en estas Indias, porque es tan pequeño que teniéndolo en la mano y cerrando el puño con él dentro, no hace más bulto que si fuera una bellota de encina; y pelado viene a quedar poco mayor que un moscardón, porque pelado, su cabeza es del tamaño de un garbanzo. [4] Bernabé Cobo. Tomo 2, cap. XXVII, p. 218. Tanto al colibrí como al halcón se les conocía como pájaro “Inti” y deduzco por mis lecturas que el colibrí es un mensajero y consejero, mientras que el halcón caracará  o Corequenque podría tener un valor muy diferente y tener un par de plumas en el llauto del Inca o gobernante es sinónimo de grandeza por valor de hechos heroicos, aunque al Inca solamente estaba autorizado para usar estas insignias, mientras que a los nativos Americanos me refiero Norte América, tenían la costumbre de adquirir plumas de águila Balde, que son plumas blanco con negro igual que las plumas del Curiquinque Andino, sin duda alguna estas plumas tan preciadas nunca fueron tan fácil de adquirir, ya fueran de colibrí, quetzal, cóndor, águila o halcón.

Al parecer la adoración del quetzal como un pájaro-deidad juega un papel importante en Mesoamérica entre los Maya-Toltecas, lo mismo entre los Andinos, al dios Wiracocha o Viracocha se le asocia con un colibrí o Inti mensajero de los dioses, lo que me invita a pensar que la deidad de Quetzalcóatl pudo haber nacido inicialmente en el Perú. Inti que significa sol, lo que podría contradecirse, al comparar la palabra Inti como el pájaro halcón o colibrí  mencionado por los cronistas, a no ser que la palabra tenga una connotación diferente, Quenti con Inti o Indi o sea un sinónimo de lo mismo. De acuerdo con Pedro de Sarmiento, menciona que la palabra Ynti el dios-sol es lo mismo que el pájaro Inti. [5] Ibíd. p. 37.

 

Al parecer no encontramos respuesta coherente, ya que solamente tenemos fragmentos de la mitología de los Incas, pero apelando a la mitología egipcia encontramos al dios Horus hijo de Isis y Osiris, que se le representa con doble corona, un sol con alas de halcón, entonces podemos intuir la influencia egipcia en esta región del antiguo Perú y la Mexicana, lo que Inti-Viracocha (de acuerdo con las tradiciones orales), propiamente es un dios alado representante del sol, y es entonces que parece que las cosas empiezan a tener un poco de sentido. De acuerdo con el libro Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España, en la parte del vocabulario Tomo II. p. 584. [6] El nombre de significar lo que dicen, habría de ser “Aztatlán”, ya que garza, sinónimo de blancura, es aztatl. El nombre significa lugar de las “alas”. Aztli, aaztli es el juego de alas con las que el ave vuela. En el caso de las alas del ave son las alas del águila . El pueblo que hizo ciudad en el lago es el pueblo del Águila, o sea el pueblo del sol.

Para agregar más peso a las similitudes de las leyendas del Perú en cuanto al pájaro que Manco Ccapac tenía encerrado en un canasto o jaula, veamos los que Fray Diego Durán nos dice: Traían un ídolo que llamaban Huitzilopochtli, el cual traían cuatro ayos que le servían a quien él decía muy en secreto todos los sucesos de su itinerario y camino, avisándoles de todo lo que les había de suceder. Y era tanta la reverencia y temor que a este ídolo tenían, que otro ninguno que ellos, no le osaba tocar ni llegar. El cual venia metido en una arca de juncos, que hasta el día de hoy no hay quien sepa ni haya visto de estos naturales la forma de este ídolo. [7] Historia de las Indias de Nueva España. Tomo II, Cap. II, p. 26.

De  acuerdo con el Inca Garcilaso de la Vega en los Comentarios Reales menciona:

El rey traía esta misma borla; empero, era colorada. Sin la borla colorada, traía el Inca en la cabeza otra divisa más particular suya, y eran dos plumas de los cuchillos de las alas de un ave que llaman Corequenque. Es nombre propio; en la lengua general no tiene significación de cosa alguna; en la particular de los Incas, que se ha perdido, la debía de tener. Las plumas son blancas y negras, a pedazos; son del tamaño de las de un halcón baharí prima; y habían de ser hermanas, una de la una ala y otra de la otra. Yo se las vi puestas al Inca Sayri Túpac. Las aves que tienen estas plumas se hallan en el despoblado de Villcanuta, treinta y dos leguas de la ciudad del Cuzco, en una laguna pequeña que allí hay, al pie de aquella inaccesible sierra nevada; las que las han visto afirman que no se ven más de dos, macho y hembra; que sean siempre unas, ni de dónde vengan ni dónde críen, no se sabe, ni se han visto otras en todo Perú más de aquéllas, según dicen los indios, con haber en aquella tierra y otras muchas sierras nevadas y despoblados y lagunas grandes y chicas como la de Villcanuta. Parece que semeja esto a lo del ave fénix, aunque no sé quién la haya visto como han visto estas otras. Por no haberse hallado más de estas dos ni haber noticia, según dicen, que haya otras en el mundo, traían los reyes Incas sus plumas y las estimaban en tanto, que no las podía traer otro en ninguna manera, ni aun el príncipe heredero; porque decían que estas aves, por su singularidad, semejaban a los primeros Incas, sus padres, que no fueron más de dos, hombre y mujer venidos del cielo, como ellos decían, y por conservar la memoria de sus primeros padres traían por principal divisa las plumas de estas aves, teniéndolas por cosa sagrada. Tengo para mí que hay otras muchas aves de aquéllas, que no es posible tanta singularidad; baste la del fénix, sino que ellas deben de andar apareadas a solas; como se ha dicho, y los indios, por la semejanza de sus primeros reyes, dirán lo que dicen. Basta que las plumas del Corequenque fueran tan estimadas como se ha visto. Dícenme que ahora, en estos tiempos, las traen muchos indios diciendo que son descendientes de la sangre real de los Incas; y los más burlan, que ya aquella sangre se ha consumido casi del todo. Mas el ejemplo extranjero con el cual han confundido las divisas que en las cabezas traían, por las cuales eran conocidos, les ha dado atrevimiento a esto y a mucho más, que todos se hacen ya Incas y Pallas. Traían las plumas sobre la borla colorada, las puntas hacia arriba, algo apartadas la una de la otra y juntas del nacimiento. Para haber estas plumas cazaban las aves con la mayor suavidad que podían, y, quitadas las dos plumas, las volvían a soltar, y para cada nuevo Inca que heredaba el reino las volvían a prender y quitar las plumas, porque nunca el heredero tomaba las mismas insignias reales del padre sino otras semejantes; porque al rey difunto lo embalsamaban y ponían donde hubiese de estar, con las mismas insignias imperiales que en vida traía. Esta es la majestad del ave Corequenque y la veneración y estima en que los reyes Incas a sus plumas tenían. Esta noticia, aunque es de poca o ninguna importancia a los de España, me pareció ponerla por haber sido cosas de los reyes pasados. [8] Los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega. Tomo II. p. 215-216.

 

Ahora con toda seguridad sabemos que el Corequenque es un halcón, aunque Garcilaso de la Vega no pudo encontrar explicación a la palabra Corequenque.

De acuerdo con la lengua Quechua la palabra “cori” significa oro, quenti como el cronista Cobo menciono significa picaflor o colibrí, pero al parecer a un tipo de  halcón ya mencionado también le llamaban “corequenque”

lo que esta palabra en conjunto significa “colibrí o halcón de oro” ya que en evidencias arqueológicas situadas en Bantán Grande en la jurisdicción de Poma, departamento de Lambayeque, Julio C. Tello  en 1937 recuperó para el Museo Nacional del Perú, diversos objetos de oro y plata.

 
                                                             Tumi de Lambayeque
 

Podemos ver figurines representando un tipo de dios viracocha con unos colibrís colgando de su corona, a la par de sus oídos o “Tumi de Lambayeque” el cuerpo del personaje labrado en oro macizo, un tipo de hombre pájaro, de largo mide 0.43 m y ancho 0.15 m con un peso de 990 gramos. Y este señor de los colibrís el Tumi de Lambayeque está más cerca a los relatos orales del Viracocha y su compañero alado, lo que podría ser una continuación de estos antiguos mitos. Lo que nos ayuda a confirmar la fidelidad tanto en las tradiciones orales del Perú y su arqueología, con la asociación del colibrí y el halcón. De igual manera podemos confirmar que los Aztecas, venidos de Aztlán tenían las mismas ideas mitológicas en común, recordando lo dicho por Pedro de Sarmiento que dicha ave era un ídolo que pertenecía a la familia y que se heredaba a la siguiente  generación o líder, de la misma manera que esta ave paso de Manco Ccapac hasta su bisnieto Mayte Cápac, y supongo se pasaba de generación en generación. De acuerdo con los comentarios de Diane E. Wirth en su libro A Challenge to the Critics. p, 71. Los antiguos hebreos tenían en sus casas, llamados serafines, que por regla no eran adorados sino que los tenían en sus casas como recuerdo a sus ancestros, igual que los Mesoamericanos, tenían imágenes de sus ancestros de acuerdo con el código Vaticano que apoya esta conjetura:

Ellos abastecían con muchas ofrendas a su progenitor original y decían, yo soy de tal y tal linaje, y adoraban y sacrificaban a su primer fundador y lo llamaban “el corazón de la gente” y lo mantenían en forma de un ídolo, en un lugar seguro, ofreciéndole oro y piedras preciosas. [9]

 

Otra de las aves a considerar es el quetzal peruano, o Korekennke y desde luego como poder ignorar esta valiosa información por parte de Númitor Hidalgo Palomino. Este señor hizo una expedición que llamó “Expedición Investigadora “Korekenke”. En busca del ave sagrada del Chinchasuyo, desde luego estamos hablando de un área geográfica del Perú. Claro que en su viaje hubo varios acompañantes entre ellos Lorenzo Tineo que compartió algunas de las versiones orales del “Korekenke” y contó que hubo una vez un comunero que casó a uno de las aves con el fin de extraerle el oro que guarda en su buche, porque según la leyenda esta ave se sirve del oro para triturar los granos que ingiere. A los pocos días de haberlo casado, el comunero falleció, y posteriormente sus familiares padecieron de enfermedades muy raras, es a partir de entonces que en la comunidad nadie se atreve a casar a esta ave emblemática, cría de los Inkas. En el proceso de la investigación Númitor se entrevistó en Cusco con la Asociación de Protección de Pájaros (Birdwatchers) y una institución especializada “Manu Jungle Advetures” a cargo de la bióloga y especialista Mg. Rocio Arce quien nos dio toda la información pertinente, respecto a nuestra especie “Korekenke” que luego de una nutrida investigación nos informaron que el ave korekenke conocido por los pobladores de Umari, en efecto se trataba de una variedad de Quetzal. Es así como nuestro asombro aumento al descubrir que el Korekenke umarino se trataba de una variedad, indubitablemente de Quetzal peruano que también habita los bosques nublosos de Madre de Dios, Cusco, Bolivia, Cajamarca y es muy sabido que el quetzal es el ave emblemática de los países centroamericanos, México, Guatemala, Honduras, Panamá y otros, siendo estos de la misma familia de los quetzales peruanos y muy emparentados con el quetzal huanuqueño.

A esta variedad de quetzal en el idioma Quechua de la zona se le conoce como ave Pilco.

                                                            Quetzal Peruano
                                               Foto de Númitor Hidalgo Palomino

En el Puno y Bolivia se le conoce como ave Pilco, siendo que en Tiwanaku existen tres puertas principales: El Puma Punku (Puerta del Puma), Inti Punku (Puerta del Sol). Y Pilco Punku (Puerta del Ave Sagrada).

Así mismo existe en la ciudad de Copacabana frontera entre Bolivia y Perú, el templo del sol que cuenta con una puerta llamada Pillko Punku lo que a decir de muchos investigadores se trata del ave Trogon “quetzal”. Investigación por Númitor Hidalgo Palomino el 17 al 30 de Agosto 2008.

 

 

Lo que podemos asumir la importancia de estos tres tipos de aves en la región del Perú en diferentes épocas de su desarrollo, tan importante fue el quetzal peruano, como lo fue el halcón y el colibrí, coincidentemente pasa lo mismo en la región de Mesoamérica con el pájaro quetzal, tanto los Mayas-Toltecas y posteriormente los Mexicas arrastraron con ellos esta misma conceptos mitológicos inherentes en su religión, entonces por sentido común me parece que estas costumbres pasaron gradualmente de Sudamérica a Centroamérica y posteriormente su influencia llegó a hasta lo que hoy son los Estados Unidos Americanos y el Canadá. De acuerdo con Wikipedia con el tema “Mitología Mexica” nos explica que al aparecer los dioses, cuatro de los hijos primogénitos o Tezcatlipocas se encargan de organizar y poner en movimiento el universo, Tezcatlipoca (Norte), Xipetótec o Camaxtle (Oeste), Quetzalcóatl (Este), Tláloc o Huitzilopochtli (Sur). Huitzilopochtli estaba encargado de sostener los cielos del Sur, lo que se le conocía también como Tezcatlipoca Azul, Colibrí Zurdo o del Hemisferio  Sur. Lo que estos cuatro Tezcatlipocas dividían el mundo en cuatro partes, tal como los Incas. Lo que esto podría confirmar, que este dios Huitzilopochtli inicialmente vino del Hemisferio Sur.

                                         
                                          Huitzilopochtli levantando los cielos del Sur

 

La importancia de las plumas de una Águila Bald todavía repercute en nuestros días, en los Estados Unidos Americanos es ilegal tener o comerciar con plumas de este tipo de Águila, ya que sus plumas son blancas con negro, el mismo color del Corequenque de los Andes. Estas plumas son muy apreciadas y protegidas ya que estas plumas solamente se pueden usar con permiso y por ciertas tribus nativo-americanas para uso en ceremonias religiosa. En 1994 la agencia The National Fish and Wildlife Forensics Laboratory in Ashland, Oregon regalo 870 águilas, y lleno 28.000 solicitudes para plumas. (10) http://www.baldeagleinfo.com/eagle/eagle5.html

 

Sagrados artefactos regresaron a una tribu al Norte de California, U.S.A. En Agosto 13, 2010.

San Francisco(AP)- Pieles blancas de venado, plumas de Cóndor y un penacho (adorno de la cabeza) echo de un rojo brillante de plumas de pájaro carpintero, están entre más de 200 artefactos sagrados que están una vez más  en posesión de una tribu de Indios al Norte de California. La Tribu Yurok celebró el regreso de estos artículos la semana pasada-entre la más grande  repatriación de sagrados objetos a Nativos Americanos de la Institución Smithsonita Museo de Indios Americanos.
http://www.kyivpost.com/content/world/sacred-artifacts-returned-to-northern-california-t-78431.html?flavour=mobile 



 

Cuento por Arnaldo Quispe, psicólogo de formación en Perú, procede de un linaje de “paqos” (chamanes andinos).

 

El Colibrí de Oro (Qori Q’ente)

 

El país andino silvestre reúne cientos de especies de plantas y animales, que ocupan un lugar importante en la ecología de las alturas. Q’ente o colibrí andino es una ave de  pequeña dimensión, que tiene un significado simbólico en la cosmovisión andina, pues se le asocia con la dulzura, armonía, buena suerte y sacrificio. Esta es la historia  de un colibrí llamado Muru Muru que tuvo que sacrificar su vida para servir a su pueblo.

Cuenta la historia que los colibrís andinos despertaron una mañana con un extraño presentimiento. Al mediodía presenciaron una extraña lluvia que caía aún cuando Tata Inti el divino Sol estaba presente irradiando con fuerza el horizonte andino. Preocupados y fatigados por las sensaciones comunes decidieron acordar convocar al gran consejo de colibrís de los Andes. Muchos de los líderes reunidos llegaron a una sola conclusión “Para nuestro pueblo es muy importante estar comunicados con nuestros ancestros.

 

Pero parece que ellos ya no nos escuchan, ha pasado algo esta mañana y algo tenemos que hacer.” Luego dijeron: Necesitamos comunicarnos con ellos y por eso debemos enviar a uno de nosotros a las profundidades del Ukhupacha. Realizar esta misión mortal implicaría salvar las diferencias con el reino de los ancestros. Para dicha empresa, eligieron a un colibrí muy trabajador llamado Muru Muru, buen padre y esposo, no podía ser otro ya que había sido elegido por la unanimidad del consejo por su peculiar plumaje gris con brillo multicolor ya una impecable reputación.

El plan comenzaba con un viaje muy distante y arriesgado. Para llegar a la fuente misma del Ukhupacha, Muru Muru debía llegar a las profundidades de la selva. Como en otros casos de viajes lejanos los colibrís ya conocían la solución, pues que mejor que esconderse en los pututos de los chasquis. El correo imperial estaba tan bien organizado que recorría todas las rutas del imperio. Los colibrís solo tenían que tener en cuenta de intercambiar de pututo cuando el chasqui debía intercambiar la posta con otro chasqui. El Qhapac Ñan que une a la ciudad del Qosqo y la ciudad secreta de oro “Patiti” era la ruta preciso que conduciría a Muru Muru a las profundidades de la selva. El camino era secreto, celosamente resguardado a fin que nadie pudiera saber su ubicación. Los chasquis siempre leales jamás revelarían el secreto.

Ya en el corazón de la selva, Muro Muro muy bien adiestrado para su misión decide abandonar su genial guarida. En adelante debía buscar el gran Río donde mora la Yacumama, la gran serpiente del bósque. Este era el siguiente paso: encontrar a la Yacumama pues tendría que ser su nuevo transporte para llegar a las dimensiones del Ukhu Pacha. La gran boa apenas podía percatarse de la presencia del colibrí, que cuando abre la boca para bostezar el astuto colibrí ingresa y se esconde entre los afilados dientes. La Yacumama sin percatarse de su ocasional pasajero emprende su viaje habitual hacia las profundidades de las aguas. Una vez que la serpiente se detiene para reposar en los dominios de la Ukhupacha, Muru Muru emprende un fugaz escape logrando salir por las narices de la serpiente. Y de inmediato se da cuenta de encontrarse en otra dimensión, en otro mundo en donde los colores, aromas, sonidos y luces celestiales no cesan. Se percata también de encontrar a sus ancestros q’entes volando alrededor de las flores aromáticas de éste majestuoso Edén. Los colibrís del Ukhupacha le dijeron que tenía que ir a hablar en frente del clan superior de los q’ente del mundo inferior.

Cuando los ancestros colibrís se pusieron de acuerdo y para resolver el impase con los colibrís de la tierra media. Acordarían que Muru Muru tenía que regresar al bósque amazónico e ir a Patiti: la ciudad de oro del Inca y llegar a la cima de la pirámide más alta y reposar por un instante con el Korekenke de oro, ya que para ellos eso sería un privilegio y de ese modo se resolverían todos los inconvenientes creados.

Muru Muru aceptó, después de todo no sería difícil sea nueva misión considerando todo lo que ya había pasado. Así fue, pero cuando el colibrí se posó junto al ave sagrada incaica, se solidificó en oro convirtiéndose en Qoriq’ente: el colibrí de oro incaico y ave sagrada en adelante.

 

  

El Colibrí de Oro: Cuentos Andinos Para el Crecimiento Espiritual. 2012

El colibrí de oro (Qori q’ ente). p. 34. Por Arnaldo Quispe.

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 




 

domingo, 6 de octubre de 2013

I. Estela de Izapa Cinco





Parte I

 

¿Realmente el drama ideográfico narrado en la estela de Izapa núm. 5  tiene relación con el sueño de Lehi en 1 Nefi 8 en el Libro de Mormón? Jakeman, arqueólogo mormón, ha identificado a Lehi con el Cipactli-Cocodrilo, dios de los nahuas y a Nefi con Nepri como dios joven del grano de los egipcios. En mis estudios personales he analizado los personajes de la estela de Izapa núm. 5, Saríah no ha sido identificada por los estudiosos. Encontrando que Saríah representa a la diosa Renenutet, madre de Nepri, dios joven del grano y su consorte el dios Sebek, dios cocodrilo, formando una triada de dioses de la agricultura. Lo que confirma esta estela de Izapa que la anciana con el tocado en su cabeza a la izquierda esta relacionada con el anciano y con el personaje bajo el parasol. ¡Que lo disfruten!


Investigación: Celestino Villalobos
Revisado por: Néstor Arturo Vázquez Fuentes



          
 
              

Estela Izapa 5                                   

 

En esta pequeña reseña trataremos de establecer la importancia de la adoración de los árboles para los olmecas del Preclásico tardío y todavía en el Posclásico para los aztecas, abarcando un período de por lo menos mil seiscientos años, al tiempo de la conquista española influyendo estas tradiciones religiosas en el pensamiento de las diferentes naciones y lenguas que habitaron el área de Mesoamérica. Por lo menos estos pueblos precolombinos tenían  conocimiento y creían en:

 

a) El árbol de la vida.

b) El árbol del bien del mal.

c) La caída de Adán y Eva.

 

En mi opinión, el mito del “árbol de la vida” y el “árbol de la ciencia del bien y del mal” empieza con la Biblia, entonces le llamaremos la "mitología de los hebreos", para los mormones ortodoxos tal vez no sea la denominación más adecuada. Me parece congruente el término que le doy a estos conceptos religiosos. ¿Por qué? Bueno, todo parece perderse en el tiempo, y a la misma vez lo encontramos en historias míticas, esparcidas por las principales culturas antiguas.

 

Cuando leo los diferentes relatos mitológicos de las diferentes civilizaciones, caigo rendido, completamente cautivado por su trama. Por lo menos tenemos códices y pinturas para probar científicamente el origen de estas leyendas, también tenemos los relatos orales en forma escrita, tal vez por Moisés en el libro de Génesis, hablando de la creación, el árbol de la ciencia del bien y el mal, el árbol de la vida, la serpiente en el jardín, participación del fruto, los ríos que rodeaban el jardín del Edén, Dios hablando con el hombre, la manifestación de lo opuesto en todo, masculino-femenino el bien y el mal, luz y obscuridad, cielo e infierno-inframundo, ángeles guardando del árbol de  la vida, etc. Por tanto, científicamente podemos probar estos conceptos sagrados como universales. Por otro lado el Popol-Vuh, libro sagrado de los quiché-mayas, al principio habla de la creación de todas las cosas, la creación del hombre de barro, los guardianes que había en el bosque, tal como en el jardín del Edén, la creación del hombre de madera tal como en la mitología nórdica, y al último la creación del hombre de maíz y la mención  de 7 Guacamayo antes del amanecer, con su esposa Chimalma tenía dos hijos Zipacná y Cabracán, Zipacná es el Cipactli en la mitología nahua, Zipacná y 7 Macao (guacamayo) representan el árbol de la vida de acuerdo con la cosmogonía quiché-maya, representado con la mitad de un cocodrilo y la mitad árbol.

 


 

Ahora, esta mitología hebrea que está entre las naciones antiguas como Babilonia, Egipto, China, India, los países nórdicos de Europa y también entre los olmecas, mayas y aztecas, donde hay una concentración de este concepto religioso del árbol de la vida muy persistente. ¿Qué es lo que tiene que decir la Antropología?, aceptar que, efectivamente, el concepto del árbol de la vida fue universal y que su origen nace en el libro de Génesis. Mi pregunta es: ¿Porque los mesoamericanos estaban obsesionados con los árboles, principalmente con el árbol de la vida? ¿Quién sembró estos conceptos religiosos entre sus habitantes? Por lo menos este monumento de Izapa núm. 5 describe una narración e historia muy explícita, tiene una edad de 300 a. de C. a 50 d. de C. y su estilo es olmeca, detalle que no podemos pasar por alto. Al parecer tanto Nefi como Lehi su padre nunca pisaron la tierra de Mesoamérica, tal como Moisés que nunca piso la tierra de Canaán. Muy independientemente de que la piedra de Izapa No. 5 sea aceptada por la mayoría de la comunidad SUD como la representación del sueño de Lehi del árbol de la vida, nuestro principal interés será que, efectivamente, los habitantes mesoamericanos conocían el concepto de la creación, el árbol de la vida y el árbol del bien y del mal  y también de un árbol que fue desgajado y quebrado. Ya que el libro Popol Vuh de los quiché-mayas inicia con la creación, tal como el libro de Génesis, algunos preguntan, ¿sabrían los nativos mesoamericanos en realidad de los relatos del sueño de Lehi y el árbol de la vida?, y mi respuesta es que sí. ¿Por qué? Los Anales de los Xahil de los indios Cachiqueles que son una rama de los Mayas, tienen el relato de cuando un hermano menor llegan a las orillas del mar y los hermanos mayores ruegan al hermano menor para que los pasara al otro lado, un relato que no resulta ninguna coincidencia con las narraciones del Libro de Mormón. [1] 

Mi interés sobre la interpretación de esta piedra conmemorando el sueño de Lehi nace indirectamente, ya que en la estela de Izapa, donde describe el árbol de la vida, este árbol es mitad árbol y la otra mitad es un Cipactli o cocodrilo.

 




A través de mis observaciones sobre la historia de los pueblos mesoamericanos, me he interesado por entender el calendario usado por los mayas y aztecas. Un mes maya-azteca tiene 20 días, cada día tiene diferentes nombres, el primer día de este tipo de meses siempre será Cipactli o cocodrilo, aunque la verdad tiene una variedad de interpretaciones que al principio me confundió, donde me vi forzado a leer un poco más sobre el tema, pero a decir verdad, si quieres entender la religión y cosmología de estos pueblos mesoamericanos, tienes que estudiar algo de la historia hebrea, china, india, caldea, egipcia y nórdicas, estudiar a los olmecas, toltecas y aztecas, por su historia misma te va a llevar a un callejón sin salida. Una de las cosas que aprendí fue la influencia y similitudes, que estas antiguas culturas tuvieron para estructurar lo que fueron los pueblos mesoamericanos.

 


Cipactli   

 

Por ejemplo, fray Diego Durán menciona: "Cipactli, primera figura, que quiere decir 'cabeza de sierpe' " [2]. Y menciona Durán: "Y en llamarle 'cabeza', entiendo que era entender ser principio de mes y primer día de él." [2] Este mismo Durán menciona al Cipactli como primer día del mes y lo nombra “Cabeza de serpiente”. [3] Mientras que fray Bernardino de Sahagún nos dice que el Cipactli quiere decir "espadarte" o "pez que vive en el mar". [4] 1570 Historia de las cosas de la Nueva España. (Códice Florentino) Capítulo 1.


 

Hace años, cuando trataba de entender el significado del Cipactli me confundí un poco, ya que Sahagún decía que era un pez, mientras que Durán menciona que es un cocodrilo y, por otro lado, los chinos tienen un dragón representando uno de sus meses, y mi conclusión fue que definitivamente el Cipactli era una clase de dragón. Mis sospechas aumentaron al suponer que los chinos, en cierta manera, influyeron en el calendario mesoamericano, de lo que no estoy completamente equivocado ya que encontré enormes similitudes entre el calendario mesoamericano, chino y hebreo, refiriéndome al calendario encontrado en los rollos del mar Muerto en Qumrán, tema que expondré uno de estos días. Por lo pronto, seguiremos con el tema del Cipactli-Dragón mesoamericano. Siguiendo con mis lecturas accidentales aquí y allá, ya que nunca pensé el curso por el que realmente me llevaría mi obsesión por el Cipactli. Un buen día visitando la biblioteca pública, aparentemente sin ningún propósito en especial, tropecé con un material sobre Arqueología, el tema era sobre la Makara, un monstruo mítico de la India.

"La Makara es una mutación mitológica, cuyas partes se asemejan a un cocodrilo, pescado, delfín, elefante, en un intercambio de una de estas características, produciendo una variedad de Makaras. La cabeza puede ser la de un cocodrilo con las quijadas abiertas, o elefantino con su trompa enroscada hacia arriba, el cuerpo puede ser el de un reptil o la de un pescado con escamas, la cola como la de un pescado o delfín enroscado hacia arriba como una concha  o a veces alargadas como el cuerpo de una serpiente. La boca está abierta y usualmente con dientes filosos o puede tener solamente dos piernas y las manos de un cocodrilo.

"La Makara aparece en las cuevas de Lomas Rishi 350 a. de C. La Makara es encontrada primeramente asociada con “Yakshas” deidades árboles, espíritus de la vegetación, semidioses que simboliza el agua que da vida y nutre a los árboles. De la boca de la Makara salen los tallos o nacimiento a los que los Yakshas están conectados. Criaturas juguetonas que flotan en la obscuridad, que ayudan en los partos y viven en los árboles o árboles dioses y diosas que son igualadas a las ramas de Vishnu “árbol de la vida”. Varuna, el dios del agua viviente también llamado “Yaksha” representando la fuente de toda la creación, la raíz del “árbol de la vida.”

"La Makara es un símbolo religioso usado por el Hinduismo, Budismo y Jainismo. Todavía no se sabe si esto es una invención de la India, Persia o Grecia." [5]

Ahora, en el budismo existió un filósofo llamado Nagarjuna que deriva de naga,  "serpiente", y de arjuna, "blanco", cierta especie de árbol. Según la tradición, Nagarjuna nació bajo un árbol y fue instruido por los nagas, en su palacio submarino en las ciencias ocultas. [6] 

"Y aconteció que me adelanté y comí de su fruto: y percibí que era de lo más dulce, superior a todo cuanto yo había probado antes. Sí, y vi que su fruto era blanco, y excedía a toda blancura que yo jamás hubiera visto." (1 Nefi 8:11)

Algunas versiones dicen de la creación de los cielos y las aguas donde vivía el cocodrilo monstruo-dragón. El dios Tláloc y su esposa Chalchitlicue nacieron, mientras que Quetzalcóatl y Huitzilopochtli crearon la tierra de las partes desmembradas del cipactli. Tezcatlipoca y Quetzalcóatl se convirtieron en dos serpientes y agarraron las cuatro partes del horrible anfibio-rana terrestre, como el monstruo terrestre Tlatecuhtli (otras versiones dice Cipactli) nadando a las profundidades primitivas u originales. Su cuerpo como serpiente se partió en dos; con la parte de arriba de Tlatecuhtli o Cipactli se formó la tierra, la parte baja de su cuerpo vinieron a ser los cielos. [7] 

Los escritores hebreos se refieren a la serpiente con varios nombres: Tannín, nákhásh, ráhábh, pero esta bestia mencionada es solamente una misma: Leviatán. De acuerdo con los rabinos, el Leviatán fue creado durante el quinto día de la creación y fue cazado y muerto por Gabriel con la asistencia de Jehová. En la historia de Tiamat, Gabriel es la contraparte de Marduk y Jehová toma el lugar de Anshar como la cabeza de los dioses. Finalmente, Leviatán es muerto por Gabriel, así como Tiamat es muerto por Marduk, y de la piel del Leviatán Gabriel hizo una tienda donde los justos pudieran vivir, cubriéndose con las paredes de Jerusalén. [8]

En la versión asiria que viene de los sumerios, Marduk mata a Tiamat aplastando su cabeza y con su cuchillo la parte en dos partes y con una de sus partes el hizo una cubierta para los cielos. [9]

Esta es una versión entre los teutónicos y sus mitologías, llamaban al mundo Midgard o habitación media, por estar entre el cielo y el infierno y sabían que los océanos alrededor de la tierra representaban a la serpiente Midgard, una enorme serpiente que su cola se conectaba con su boca, esta serpiente tenía otro nombre Jörmundgander o monstruo terrestre. [10]

 


 

Mitología Nórdica, el primer nivel Asgard, el mundo de los dioses y diosas. En el nivel medio esta Midgard, donde habitan los  seres humanos, enanos y gigantes. En el nivel de abajo esta Nifheim, el mundo de los muertos. Estos tres niveles están juntos por las raíces y las ramas del poderoso árbol fresno. Mitología Nórdica que consiste de  los mitos de Alemania y Escandinava antigua. [11]

Estas similitudes entre la mitología nórdica y mesoamericana inmediatamente captaron mi atención, y esta no es la única razón que tengo para suponer que estas gentes tuvieron gran influencia o asociación entre los pueblos mesoamericanos, y me atrevo a suponer que el calendario maya-azteca podría tener influencia nórdica y regiones circunvecinas, ya que he encontrado evidencias en los círculos concéntricos en el área de Gran Bretaña, medidas encerradas con cantidades de 260, cantidad muy popular en Mesoamérica, ya que su calendario o Tonalpohualli consistía de 260 días.

Ahora, Román Piña Chan nos dice en la página 61-62. Hicieron luego al señor del inframundo y a su señora, dioses del infierno. Luego crearon los 13 cielos e hicieron el agua y en ella crearon a un pez que llamaban cipactli (caimán) y de este pez hicieron la tierra. Crearon a Tláloc y a Chalchiuhtlicue, su mujer, como dioses de las aguas. Al pez-tierra o cipactli lo llamaron Tlatecuhtli. [12]

 

Dice Román que hay que entender la relación antagónica entre Tezcatlipoca y Quetzalcóatl antes de crear el quinto sol, donde en la primera edad o primer sol, Tezcaltipoca es vencido por Quetzalcóatl, en la segunda edad Quetzalcóatl es vencido por Tezcaltipoca. De modo que en 1 Tochtli cayó el cielo sobre la tierra. Después Tezcaltipoca y Quetzalcóatl se hicieron árboles grandes (árbol de espejo y árbol  que llaman gran flor de quetzal) Con la ayuda de los hombres y los árboles, así como los demás dioses, alzaron el Cielo con las estrellas, como ahora esta. Y por haberlo creado así, el “señor de nuestra carne” hizo a Tezcaltipoca y a Quetzalcóatl señores del Cielo y de las estrellas. [13]

Esta descripción nos ayuda a entender cómo por medio de este árbol grande alzaron el cielo. Este árbol es el mismo árbol de la vida, que nos conecta con el cielo-tierra-infierno, y en la parte media estamos nosotros. Tal como en la piedra de Izapa No. 5.

Cuenta fray Diego Durán:
"Los Indios tenían una fiesta, y lo hacían delante del dios Tláloc en el patio del temple, haciendo un bosque pequeño en el cual hincaban un árbol altísimo, el más alto que podían hallar en el monte, al cual ponían por nombre 'Tota' que quiere decir 'Nuestro Padre'. Todo enderezado porque decían que era el dios de los montes y bosques y de las aguas. Esta fiesta terminaba en una laguna." [14]

Es de notar que a este árbol se solemnizaba con el nombre de “Tota” que quiere decir "Padre", para que sepamos que reverenciaban al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, y decían: "Tota, Topiltzín y Yolometl", vocablos que quieren decir “nuestro Padre, y nuestro Hijo y el Corazón de ambos”, haciendo fiesta a cada uno en particular y a los tres en uno, donde se nota el conocimiento que hubo de la Trinidad entre esta gente.


 


 Codice Borbonico


Es de esta manera como podemos entender mejor la función del Cipactli, como monstruo terrestre que a la vez representa a la tierra. El Cipactli, por instantes, también representa simbólicamente a Satanás o la serpiente que muerde el calcañar, que por medio del pecado entró la muerte. En el Popol Vuh se menciona al Cipactli como Zipacná cuando tuvo una lucha con los 400 muchachos que más tarde se convierten en estrellas. Los 400 muchachos, pensando como destruir al Zipacná y después de algunas estratagemas, piensan que por fin el Zipacná ha muerto, y dicen: Ese demonio ahora está muerto. [15] La mitología de los aztecas-mayas parece complicada, expresando así sus pensamientos de sus diferentes conceptos de una misma cosa.

 
 El Cipactli arranca un pie a Tezcaltipoca.

 
En la mitología nórdica, el dragón muerde las raíces para debilitar al árbol de la vida.
Este Cipactli también se le identifica con Cipactonal que es masculino y significa “día Cocodrilo o destino” como primer día del tonalpohualli en la cuenta de 260 días. A Cipactonal regularmente se le conecta con su esposa Oxomoco, estos dos personajes se les considera como el primer padre y madre en Mesoamérica, que inventaron el calendario y las diferentes artes adivinatorias que usaron los aztecas. [16]

 


 Pintura de Oxomoco y Cipactonal

 
La mayoría de los veinte nombres de un mes azteca son representados por una cabeza de determinado animal. Pero la cabeza del Cipactli encabeza el primer mes o veintena del año de 260 días. Tal como en Éxodo 12:2 donde dice: "Este mes será para ti el principio de los meses y será para ti, el primer mes del año". La Biblia se refiere al mes de Aries como el rosh, o cabeza de los meses del año. [17]

 



Cabeza del signo Cipactli del calendario de 260 dias.

Las cabezas de los veinte días de un mes azteca me parecen un reflejo de un estilo hebreo, ya que Cipactli es la cabeza de los veinte días. Podría ser muy significativa la posibilidad de que Cipactli sea un nombre personal o el signo para identificar a Lehi y que figure por su importancia entre los veinte días de un mes maya-azteca.

Hubert Howe Bancroft, en su libro The Works Of Hubert Howe Bancroft, menciona:
"Los veinte héroes que están inmortalizados en el calendario de los Chapanecos es comúnmente dicho que son los fundadores y gobernantes  de esta nación. Se nos ha dicho que todos ellos fueron muy distinguidos por su valor en las batallas, donde muchos murieron de viejos, otros a manos de sus enemigos. Tal aparece en el calendario que Imox a veces llamado Mox y ocasionalmente “Ninus” fue el primero que se estableció en Chiapas.  Imox o Imix es el primer día del mes de veinte días de los mayas y significa cocodrilo o Cipactli." [18]

Edward Herbert Thompson cita en su libro "People of the Serpent" los siguientes comentarios del libro "New Evidences of Christ in Ancient America":

"Los líderes de los olmecas fueron conocidos como los 'chanes' o entre los mayas como 'Canob-Serpientes' u hombres sabios o Ah-Tzai; al parecer ellos construyeron Chichen-Itzá. Hasta el siglo XV-XVI, los tzendales vivían en Chiapas, donde finalmente se establecieron los chanes. A la cabeza del calendario mexicano estaba 'Nin'. El Nin de los tzendales fue el mismo que el Cipactli de la tradición mexicana, dragón marino que figura alegóricamente como padre de los 'chanes' o la raza de la serpiente celeste como también del árbol de la vida. El significado de serpiente marina es 'tan-nin' en hebreo. [19]

Diane E. Wirth, en su libro "A Challenge to the Critics" cita a Seler: "El signo Cipactli es una cabeza sin quijada y que fue un ser divinizado o profeta". [20] Mientras que Mariano Veytia menciona que Cipactli en su mejor interpretación significa padre superior que todo, mientras que Cipactonal padre superior que el sol. Cipactli es el primer padre de todo el género humano, que es Adán. [21]

Dentro de mi interpretación, el árbol de  la vida de Izapa es un prototipo del árbol del bien y del mal, donde el Cipactonal y Oxomoco encajan perfectamente protagonizando los personajes bíblicos de Adán y Eva.

 

El árbol del bien y el mal o jardín de Edén de los Aztecas en Tamoanchan. Codice Borgia.
Tamoanchán significa "la casa donde descendieron", el paraíso terrenal donde creían que había nacido todos los dioses creados por la pareja original: Tonacatecuhtli y Tonacacíhuatl, los señores de la vida. Este paraíso estaba lleno de fuentes, ríos y parques, allí crecía el árbol divino, el cual representaba el sostén del cielo y la tierra, la Casa del descenso, sitio sagrado que comunica el mundo humano con la divinidad.

En este lugar vivía la hermosa Xochiquétzal, diosa de la  belleza, las flores, el amor, y las aves, consorte de Cintéotl, señor del maíz. Cuentan que al menor roce del árbol florido, caía uno preso de un instantáneo enamoramiento, por lo que estaba prohibido tocarlas.

Un día se apareció Tezcaltipoca, quien tomó la forma de un pájaro para seducir a Xochiquétzal, y ambos cortaron las flores. El árbol se partió a la mitad y comenzó a sangrar. Entonces los dioses enfurecidos los echaron del paraíso. 

Mientras en el papel del árbol de la vida, Adán se convierte en un personaje dual Cipactonal Adán-Lehi como los ancianos, uno de toda la humanidad y otro de la nueva humanidad que se originó en Mesoamérica, Oxomoco-Eva-Sariah, y esta suposición no está fuera del pensamiento azteca, ya que ellos desdoblaban determinada deidad en otros personajes con frecuencia. En la estela de Izapa, claramente se pueden notar los huesos de este personaje que protagoniza el actor más anciano, en una manera que tampoco es un esqueleto, pero que denota un personaje muy viejo, lo mismo la mujer que está detrás del anciano, tanto Cipactonal como Oxomoco en las pinturas siempre aparecen arrugados y viejos. [22]

Las probabilidades de que el anciano que aparece en la piedra de Izapa sea el padre Lehi, podrían ser muy alentadoras, aunque hay una división de opiniones sobre el tema. Podríamos decir que la iconografía del árbol de la vida es común en muchas culturas en el mundo, y el árbol de la vida plasmado en la piedra de Izapa por sí mismo no es una indicación o elemento que podríamos ajustar al sueño de Lehi, relato que se halla en el Libro de Mormón (1 Nefi 8), pero no parece casual que en la estela de Izapa aparezca un anciano con un animal sobrenatural pájaro-serpiente-cocodrilo flotando sobre sus espaldas, conocido como Cipactli.

 


 Cipactli-Pájaro-Serpiente

Hay que notar que este Cipactli esta hermosamente estilizado, no todos han hecho esta observación. El Cipactli regularmente es un cocodrilo grotesco con grandes colmillos y dientes, otras veces solamente se muestra su cabeza sin la mandíbula inferior. En cambio, el Cipactli que está flotando a las espaldas del anciano es la cabeza de una gran serpiente-pájaro que desciende del cielo junto con dos peces, esta iconografía de este Cipactli es el conjunto de por lo menos cuatro animales, tres cipactlis sin mandíbula inferior y un pájaro descendiendo del cielo, si pones atención por lo menos se pueden distinguir cuatro ojos. Dado que el nombre de Lehi significa hueso de quijada o hueso de quijada de asno, es importante notar que de estos cuatro monstruos celestiales que mencione, dos muestran la dentadura frontal de una dentadura que se asemeja a la de un asno o caballo, pero invertida, aunque estos Cipactlis lo muestran en la parte superior. En otros ejemplos de la iconografía mesoamericana se puede apreciar la serpiente-dragón, que sin ninguna duda tienen cara de caballo. La dentadura de este Cipactli está muy lejos de ser de un cocodrilo o venado, se acercaría más a la de un caballo. Podría tener semejanza a la dentadura humana, pero es tan grande, que difícilmente podríamos suponer que es la de un humano, considerando la creencia popular de que en Mesoamérica no había caballos o burros, este tipo de dientes, es lo más cercano a la dentadura de un caballo o asno.

Todos estos elementos me invitan a pensar que efectivamente Lehi, en la mejor interpretación y traducción de acuerdo con la cosmovisión mesoamericana, significa Cipactli, inmortalizando así al padre de Mesoamérica Cipactonal, como el Adán de la nueva humanidad o Lehi. Hasta este punto tal vez he forzado un poco tal interpretación. Pero, ¿cómo le llamaríamos a Lehi en nuestra mejor concepción?, ¿cara de hueso?, ¿quijada superior?, ¿muerte?. Ahora, ¿cómo le llamaríamos o lo describiéramos, si dicho personaje ha pasado a ser una deidad, práctica común entre los Mesoamericanos con sus antepasados y héroes nacionales? Por ejemplo, entre los comentarios del libro New Evidences of Christ in Ancient America. p. 346, menciona: "Un artista de nombre Howard Leigh, viviendo en Mitla, Oaxaca, México notó que la palabra 'Nan' significa 'señora' en la lengua zapoteca de México". [23] Ninti significa “Señora de la Costilla’’ (Eva) en la Mesopotamia antigua, entonces no parece fuera de contexto idiomático que Lehi pudiera haber sido conocido como Cipactli o cabeza de cocodrilo sin mandíbula inferior. Me parece muy adecuado llamar a Lehi "cabeza de Cipactli".

De acuerdo con el relato de Sansón, cuando llegó a Lehi y viendo que los filisteos venían a su encuentro para matarlo y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y  la tomó y mató con ella a mil hombres y arrojó de su mano la quijada, y llamó a aquel lugar Ramat-Lehi, (colina de Lehi), “colina de la quijada” (Jueces 15:15-17).

 

Otra observación que he notado, es que de acuerdo a la nueva ilustración de la Estela de Izapa 5, echa por Áyax Moreno y John E. Clark (1999), este nuevo dibujo nos da una perspectiva más amplia sobre el contenido y detalle de los personajes que están embutidos allí, especialmente en el personaje del anciano encorvado o popularmente conocido como Lehi, la cara de este personaje me parece la de Tláloc, ya que se aprecia un tipo de barra o bigotera sobre su boca y colmillos salientes, aunque este dios Tláloc aparentemente es de una época muy posterior, este Tláloc como dios de la lluvia o el agua, estaba con relación a la agricultura y de los granos y especialmente  el maíz, sobre la espalda del anciano podemos apreciar un símbolo que denota agua en forma de una “S”. (Esta “S” podría ser algo superpuesto, aunque a mi me parece que en lugar de “S” son dos conejos sobre las espaldas del anciano, que bien se interpreta como fertilidad o larga descendencia.)

 


                           
Tláloc

Teotihuacán, Zacuala. Período clásico, fase de Xolalpán 350-550 d.C. Estuco y pigmento. Museo Nacional de Antropología, México, D.F.

 Dibujo de Ayáx Moreno.


No es el dios Chac con su gran nariz o trompa de los mayas sino el dios Tláloc de los toltecas-aztecas o nahuas, aunque sin anteojeras. Podría ser los inicios del dios Tláloc o sin ninguna duda la influencia teotihuacana sobre esta área de Chiapas. No creo estar equivocado al respecto, ya que claramente podemos ver en Teotihuacán la influencia imperante del dios Tláloc en la forma de un grotesco Cipatctli sin la mandíbula inferior y con anteojeras, podría sonar ciertamente contradictorio que Tláloc es un Cipactli pero esas son las evidencias que la  iconografía Mesoamericana nos muestra, mencionando que Tláloc figura como una de las deidades principales de los mexicas. 


Cipactli-Tlaloc en Teotihuacán. Templo de la Serpiente Emplumada.


Tanto el Cipactli como Tláloc están relacionados con el agua, sin duda hay mucho que entender en la mitología de Mesoamérica. Podemos ver que la iconografía de la piedra de Izapa No. 5 y el escenario de los diferentes personajes y figuras narran una historia de acuerdo con la cosmovisión mesoamericana, y aun cuando el anciano que aparece, se le puede identificar como Lehi, también se llama Cipactli, Cipactonal y aún Tláloc, ciertamente algo muy complejo, pero no fuera del contexto histórico y cultural del área de Mesoamérica. Tláloc es quien da vida a todo, es el agua viva.

 


Si Áyax Moreno en su nueva reconstrucción de la piedra de Izapa No. 5 no exagero los detalles que otras fotografías no muestran, entonces en el anciano que se muestra al lado izquierdo de esta piedra podemos ver una cuerda que corre a través de su mano izquierda, que se enreda sobre su dedo y todavía corre al lado derecho por donde está sentado, la explicación que se da sobre este cordón es que es muy común en el arte Mesoamericano que significa, conexión sanguínea por matrimonio o adopción. Este cordón me parece que se relaciona a una costumbre judía-hebrea de enredarse un cordón en la mano y antebrazo conocida como filacteria, este es un convenio y ritual en uso hasta hoy en día. 

"Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos." (Deuteronomio 11:18)

Asumo que la interpretación de Áyax Moreno sobre este personaje es de lo más fiel, y que, obviamente, por el desgaste del tiempo, tal vez la piedra no muestra las características en las que originalmente se grabó, tal es el caso con la cara de este mismo personaje donde se puede apreciar parcialmente la cara del dios Tláloc, al parecer Áyax no captó este detalle pero, como verán, con un poco de arreglo podemos apreciar las características de Tláloc, de la misma manera el cordón que este anciano tiene en su mano, en otros dibujos y fotografías no aparece. Y si es que no me estoy imaginando cosas, esta evidencia podría confirmar el origen judío de este anciano y concluir que realmente la interpretación desde un principio fue correcta, y que este anciano representa a Lehi. Lo que me hace suponer que Áyax y muchos otros no han notado esta característica, si no, ya se hubiera publicado, lo que confirma la fidelidad del dibujo que hizo Áyax Moreno.

Este detalle del ritual y practica de filacteria no es común, pero tal parece que esta práctica fue usada en Mesoamérica desde tiempos muy tempranos, tratando de encontrar evidencias que apoyen esta teoría, encontré algo que puede sustentar lo que digo. El libro Visual Testament and the Israelite Indian, menciona que una estela de Tepatlaxco, Veracruz, México y ahora en el Museo Nacional de la ciudad de México, muestra un hombre barbado con filacteria enredado alrededor de su mano y antebrazo derecho, que es usado por los judíos en los servicios matutinos, y al parecer los musulmanes también lo practican. Esta persona es un jugador de pelota, que antes de iniciar la competencia se viste de acuerdo con los rituales de la ley de Moisés. Al parecer esta estela tiene una antigüedad de 100-300 d. de C. Y filacteria hoy en día. [23]


Jugador de Pelota

 


Filacteria en nuestros dias


Estas son algunas de las evidencias que he observado durante el trayecto, que me ayuda a pensar de que de alguna manera la cultura azteca en el posclásico, un día tuvieron un conocimiento de un jardín del Edén, del árbol de la vida, y de la lucha entre el bien y el mal, ya que podemos observar en el árbol de la vida de Tamoanchán una serpiente que esta en el árbol. Aún cuando tal vez me he extralimitado acerca del Cipactli, me parece muy importante entender su papel en Mesoamérica. Creo que si no podemos entender esto, entonces no podremos develar los secretos que la piedra de Izapa número cinco nos proporciona.



NOTAS Y REFERENCIAS
 

1. RAYMOUND, Georges et.al. ANALES DE LOS XAHIL, Ediciones de la Universidad Nacional Autónoma de México. México, 1993. p. 12.

2. DURÁN, fray Diego. HISTORIA DE LAS INDIAS DE NUEVA ESPAÑA E ISLAS DE TIERRA FIRME, Tomo III, Cap. II, p. 225 (copias de hojas sueltas). 

3. DURÁN, fray Diego. BOOK OF THE GODS AND RITES AND THE ANCIENT CALENDAR. Traducido y editado por Fernando Horcasitas y Doris Heyden. University of Oklahoma Press Norman. pp. 394, 399.

4. SAHAGÚN, fray Bernardino de. 1570 HISTORIA DE LAS COSAS DE LA NUEVA ESPAÑA. (Códice Florentino) Capítulo 1.

5. DASHEW ROBINS, Betty & BUSSABARGER, Robert F. ARCHAEOLOGY, enero de 1970. Volumen 23, núm. 1, pp. 38-43.

6. VERLAG, Sherz. DICCIONARIO DE LA SABIDURÍA ORIENTAL, BUDISMO, HINDUISMO, TAOÍSMO, ZEN. Berna Munich Viena. Ediciones Paidós Ibérica, S.A. y Editorial Paidós. SAICF. Defensa, 599. Buenos Aires, 1986.

7. FAGAN, Brian M. AZTECS, 1984. pp. 224-225

8. WALLIS BUDGE, Ernest A. THE GODS OF THE EGYPTIANS. Dover Books, Vol. I, 1969., p. 278

9. Ídem, p. 327.

10. Mc GOWEN, Tom. ENCYCLOPEDIA OF LEGENDARY CREATURES, 1981.

11. COTTERELL, Arthur. NORSE MYTHOLOGY. ADVENTURES FOR READERS Book 1, Pegasus Edition, Harcourt Brace Jovanovich, Inc., 1989, p. 636.

12. PIÑA CHAN, Román. QUETZALCÓATL, SERPIENTE EMPLUMADA. Fondo de Cultura Económica, 1977, pp. 61-62.

13. Ídem.

14. DURÁN, fray Diego. HISTORIA DE LAS INDIAS DE NUEVA ESPAÑA E ISLAS DE TIERRA FIRME, Tomo I, Cap. 8, Editorial Porrúa, 1967, pp. 86-87.

15. GOETZ, Delia & MORLEY, Sylvanus G. EL POPOL VUH, edición en inglés, traducida por Adrían Recinos, p. 101.

16. HILL BOONE, Elizabeth. CYCLES OF TIME AND MEANING IN THE MEXICAN BOOKS OF FATE. University of Texas Press. pp. 24-25.

17. BERG, Phillip S., rabino. LA CONEXIÓN ASTRAL: LA CIENCIA DE LA ASTROLOGÍA JUDAICA1986, p. 168.

18. BANCROFT, Hubert Howe. THE WORKS OF  HUBERT HOWE BANCROFT. Vol. V, The Native Races, A. L. Bancroft and Company, Publishers, 1883, pp. 604-605.

19. THOMPSON, Edward Herbert. PEOPLE OF THE SERPENT. LIFE AND ADVENTURES AMONG THE MAYAS. Capricorn Books, 1965.

20. WIRTH, Diane E. A CHALLENGE TO THE CRITICS: SCHOLARY EVIDENCES OF THE BOOK OF MORMON. Horizon Pub & Dist, Inc., 1986, p. 71

21. VEYTIA, Mariano, et. al. ANCIENT AMERICA REDISCOVERED, primera traducción al inglés, Cedar Fort, 2000.

22. HILL BOONE, Elizabeth. CYCLES OF TIME AND MEANING IN THE MEXICAN BOOKS OF FATE. University of Texas Press. pp. 24-25.

23. CRYER, Tom. VISUAL TESTAMENT AND THE ISRAELITE INDIAN, 1999, p. 111.