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domingo, 9 de marzo de 2014

 

         Daniel, el profeta maya


 

Estas profecías estan relacionada con la destrucción del templo de Jerusalén en sus diferentes épocas, incluyendo la muerte del Señor Jesucristo en la cruz, para después de 2.300 años, el templo de Kirtland, Ohio es edificado y dedicado en el año 1836, donde 2.300 años son 70 veces 11.960 días, ciclo de eclipses mayas. Por lo menos hay tres profecías que se relacionan con setenta años, o setenta periodos de tiempo.
 
Por: Celestino A. Villalobos
Corregido por: Néstor Arturo Vásquez Fuentes
 
 
Por lo menos hay tres profecías que se relacionan con setenta años o setenta periodos de tiempo.

a) Setenta años. (Cautiverio en Babilonia)
b) Setenta semanas de años o 490 años.
c) Y la profecía de las 2.300 tardes, que está dividido en setenta períodos de 11.960 días mayas.

Los primeros setenta años, fueron los que los hebreos duraron en cautiverio, a manos del rey Nabucodonosor. Desde el año 606 a. de C. al 536 a. de C. (2 Crónicas 36:21) Lapso donde el primer templo fue destruido.
Para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de se asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.
 
                                              
                                                                                         Daniel


La profecía de las setenta semanas.
Daniel 9: 24. Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los Santos.
Esta profecía, de acuerdo con la opinión más popular, se refiere a un período de 490 años o 70 semanas de años  70 × 7 = 490.

La tercera profecía que se relaciona con 70 periodos es la que está en Daniel 8:14.
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado."
La opinión más popular sobre esta profecía en particular se refiere, a un acontecimiento que tendrá lugar después de 2.300 años, desde el año 457 a. de C. al año 1843 d. de C.
En la mayor parte de las interpretaciones que se han hecho en cuanto a estas profecías, me parecen correctas y coinciden con acontecimientos que se encuentran registrados en la historia, y estoy de acuerdo con ellas, pero en la interpretación de la profecía de los 2.300 días, tengo mis reservas y he hecho mi propia interpretación, variando solamente en la cantidad de días y años, siguiendo y estando de acuerdo básicamente en la opinión popular.
La razón, por lo que menciono todo esto es porque me parece sumamente interesante y a la vez de gran importancia.
Podemos ver que podemos confundirnos fácilmente con todos estos períodos de setenta años, y necesitamos identificarlos en la historia, y saber por qué Jeremías habla de un periodo de cautiverio de setenta años, y más tarde, Daniel profetiza el año exacto cuando el Señor Jesucristo iba a morir en la cruz, y habla también de un período muy largo de años, 2.300 años exactos. Y es en este punto donde la salida de Lehí de Jerusalén, su llegada a la tierra prometida, y su historia de 1.020 años, más 1.410 años, al tiempo de la restauración de la Iglesia de Jesucristo son 2430 años, juega un papel muy importante dentro de la profecía de Daniel de las 2.300 tardes y mañanas, aunque Lehi salió de Jerusalén 140 años antes del inicio del cumplimiento de esta profecía. En otras palabras: Si Lehí hubiera decidido no salir de Jerusalén y exiliarse en Babilonia esta profecía no se habría cumplido, ya que el Libro de Mormón nunca habría salido a la luz. El sistema usado por Lehí para computar su tiempo estaba basado en ciclos de 3, 30, 300, y 600 años básicamente, o 1.092, 10.920, 109.200, y 218.400 días. 2.430 ÷ 30 = 81 periodos. [1] En el Libro de Mormón también aparecen otra clase de ciclos, de 7, 49, 70, y 490 años, todos estos años de trescientos sesenta y cuatro días. En el sistema usado en la Biblia aparecen ciclos de 7, 49, 70 y 490 años. También aparecen ciclos de 40 años, aunque no son muy conocidos es obvio que existieron, aparecen ciclos también de 2.300 años, 1.260 y como consecuencia 1.040 años.
1.260 + 1.040 = 2.300.  En los rollos del mar Muerto aparece un ciclo de tiempo de 294 años. Uno de los descubrimientos que he hecho en el Libro de Mormón, son los ciclos de treinta años de diez mil novecientos veinte días. Y una gran mayoría desconoce que en la Biblia también encontramos esta clase de ciclos de diez mil novecientos veinte días, escondido en la profecía de los 1.260 días. "Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten, por mil doscientos sesenta días." (Apocalipsis 12:6). Otra de las cosas que muchos desconocen es que el ciclo de 2.300 tardes y mañanas encierra ciclos de once mil novecientos sesenta días. De esta manera podemos ver que tanto el Libro de Mormón como la Biblia se juntan en uno sólo, cumpliéndose la profecía de Ezequiel.
"Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá, y para los hijos de Israel  sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros.
"Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno sólo, y serán uno sólo en tu mano.
"Y cuándo te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás que te propones con eso?
"Diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano.
"Y los palos sobre que escribas, estarán en tu mano delante de sus ojos, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra;
"Y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos." (Ezequiel 37:16-22)
Es hermoso ver como las profecías se están cumpliendo a pesar del rechazo abierto de algunos hacia el Libro de Mormón, como registro histórico y sagrado. De acuerdo con nuestros hermanos adventistas, que muchos de ellos son temerosos de Dios, estudiantes muy capaces en Teología e Historia, interpretaron la profecía de las 2.300 días en el capítulo 8 de Daniel como un acontecimiento que tendría que pasar el año 1843, y a la verdad ellos pensaron que esta profecía se refería a la venida de Cristo, de acuerdo con lo que las escrituras decían: "Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin." (Daniel 8:17). Pues ellos fijaron una fecha dentro del año 1843-1844, esperando el cumplimiento de esta profecía y el Señor no vino en ese tiempo. Para mí lo interesante del caso no fue el fracaso de la interpretación equivocada del cumplimiento de esta profecía, sino de la seguridad de la comunidad Adventista, que durante este año tomaría lugar un acontecimiento sin precedente en la historia de la humanidad, donde las profecías de Daniel en el capítulo 8, tendría, de alguna manera, que tomar forma. Algo muy importante en beneficio de la humanidad tendría que revelarse, esta profecía tendría que ser de carácter espiritual. Durante este lapso se restauró el Evangelio de Jesucristo sobre la Tierra, con profetas y apóstoles; también tuvo lugar la traducción de las planchas de oro al inglés por José Smith, dicha traducción la conocemos como el Libro de Mormón. Y la construcción del templo de Kirtland.
En ninguna manera quiero quitarle importancia a la restauración del Evangelio de Jesucristo un 6 de abril del año 1830, a manos de José Smith. Tampoco quiero restarle importancia a la publicación del Libro de Mormón o conocida también como “La Biblia de oro”. Me parece que la profecía de Daniel está hablando específicamente de la edificación de un templo.
 

 14. Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.


El 27 de marzo de 1836, José Smith dedicó el templo de Kirtland, Ohio. El Templo de Kirtland se ha edificado para que el Hijo del Hombre tenga un lugar para manifestarse. Debe ser una casa de oración, de ayuno, de fe de instrucción, de gloria, de orden, una casa de Dios. Sean confundidos los impenitentes que se oponen al pueblo del Señor; salgan los Santos con poder a recoger a los justos en Sión; Sean librados los santos de las cosas terribles que se derramarán sobre los inicuos en los postreros días; Prepárense las naciones y los pueblos y las Iglesias para el evangelio; Sean redimidos los judíos, los lamanitas y todo Israel; Sean los santos coronados con gloria y honra, y logren la salvación eterna. [2]
El 3 de abril de 1836, se manifiesta a José Smith y a Oliverio Cowdery las siguientes visiones en el Templo de Kirtland. [3]

 


2.- Vimos al Señor sobre el barandal del púlpito, delante de nosotros; y debajo de sus pies había un pavimento de oro puro del color del ámbar.

7.- Porque he aquí, he aceptado esta casa, y mi nombre estará aquí; y me manifestaré a mi pueblo en misericordia en esta casa.

11.- Nuevamente los cielos son abiertos y Moisés aparece ante ellos y entregó las llaves del recogimiento de Israel de las cuatro partes de la tierra.

12.- Apareció Elías, y entregó la dispensación de Abraham, diciendo que en nosotros serían bendecidas todas las generaciones después de nosotros.

13.- Apareció Elías el Profeta el que fue llevado al cielo sin probar la muerte y dijo: He aquí ha llegado plenamente el tiempo del cual se habló por boca de Malaquías, testificando que él (Elías el Profeta) sería enviado antes que viniera el día grande y terrible del Señor, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y el de los hijos a los padres, para que el mundo entero no fuera herido con una maldición.

16.- Por tanto, se entregan en vuestras manos las llaves de esta dispensación; y por esto sabréis que el día grande y terrible del Señor está cerca, sí, a las puertas.

Todos estos eventos grandiosos tomaron lugar, no en el año 1830, tampoco el año de 1843 en que nuestros hermanos Adventistas pronosticaron la venida de Cristo, sino el año de “1836”  cuándo el Templo de Kirtland fue dedicado. Ahora, si hay alguien, que pueda excluir la construcción del Templo de Kirtland y poner algún acontecimiento de importancia que ya haya hecho historia por el impacto de las evidencias, que no se quede callado.
Uno de los acontecimientos que aniquiló tanto moral como espiritualmente a los judíos, fue la destrucción definitiva del  templo en Jerusalén en el año 587 a. de C.
Daniel 9:2. En el año primero de su reinado, yo Daniel mire atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años.



2 Crónicas 36: 19. Y quemaron la casa de Dios. Esto está relacionado con las profecías de Jeremías, dentro de un lapso de setenta años, y la destrucción de su templo.
 La profecía de Daniel 8, de los 2.300 años, está implicando un santuario.

13.- Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?

14.- Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.

En esta profecía, claramente Gabriel le dijo a Daniel que esta visión era para el tiempo del fin. (Daniel 8:17)
La profecía de las setenta semanas implica la destrucción, de su último templo en el año 70 d.C., de acuerdo con su cronología.
"Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, más no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra, durarán las devastaciones." (Daniel 9:26).
 


Entonces, estas tres profecías implica que las destrucción del templo de Salomón, en el año 587 a.de C., y la destrucción del segundo templo en el año 70 d. de C. después del nacimiento del Señor, tendrán lugar dentro de periodos de 70 años y de 70 semanas y la profecía de los 2.300 años, también implica 70 periodos, cuando el santuario será purificado. Todas estas profecías implican templos, y el único templo construido y dedicado después de un periodo de 2.300 años fue el Templo de Kirtland y no otro en la historia de la humanidad.
En Daniel 12:11-12. Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.
Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.
Profecía de los 1.260 días.
6.- Y la mujer huyó al desierto donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días. (Apocalipsis 12:6)
5.- También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. (Apocalipsis 13:5)
42 × 30 = 1.260 días.
1.- Año 508 d. de C. Caída del paganismo
2.- Año 538 d. de C. Comienzo de los 1.260 años de reino católico.
3.- Año 1798 d. de C. Final del reino católico (508 + 1.290).
4.- Año 508 d. de C. + 1.335 = 1843 es igual a la fecha conocida como “El tiempo del fin”.
5.- El periodo de los 2.300 años finaliza en el año 1843.  2.300-1843 = 457 a. de C.
      Este año de 457 a. de C. fue cuando Artajerjes dio el decreto en el año séptimo de su de su reinado. (Esdras 7:7)

Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba erudito en la ley del Dios del cielo: Paz. (Esdras 7:12-27)
Por mí se ha dada orden, que todo aquel en mi reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, que quieran ir contigo a Jerusalén, vaya.
Este mismo año de 457 a. de C. inicia la profecía de los 2.300 años y también inicia la profecía de las setenta semanas, o 490 años, que finaliza el año, 33 d. de C. pero si agregamos a esta cuenta de años 140 años que son dos periodos de 70 años, veremos que nos lleva al año 597 a. de C. años solares de acuerdo con los historiadores cuando Lehí salió de Jerusalén, lo que significa que desde la salida de Lehí de Jerusalén al tiempo de la crucifixión del Señor Jesucristo pasaron nueve periodos de setenta años exactos. Tenemos que recordar que el inicio de los setenta años, cuando los judíos fueron llevados a Babilonia, ocurrió el año 606 a. de C. como la primera deportación, el Libro de Mormón menciona que fue en el año 600 a. de C. cuando Lehí sale de Jerusalén, los historiadores afirman que fue el año 597 a. de C. y es correcto ya que estamos hablando de una misma cuenta pero con calendarios diferentes, entonces podemos ver que Lehí forma parte del inicio de las profecías predichas por Jeremías, Daniel y Ezequiel para que después de 2.300 años de 364 días, Nefi, uno de los hijos de Lehí, el mismo que salió 2.430 años antes, escribiera unos registros de la historia de los antiguos habitantes de las Américas, registros que hoy conocemos como el Libro de Mormón. Gracias a este libro y su contenido, el Evangelio de Jesucristo fue restaurado nuevamente sobre la Tierra y, como consecuencia, más tarde fue edificado el templo de Kirtland.
Los primeros ejemplares de la publicación del Libro de Mormón fueron durante los días 18-25 de Marzo de 1830. [4]
La restauración del Evangelio de Jesucristo sucedió un martes 6 de abril de 1830. [5]
La dedicación del templo de Kirtland, Ohio, fue un 27 de marzo de 1836. [6]
Podemos ver que todas estas fechas sucedieron dentro de un periodo de la profecía de Daniel de los 2.300 años



La profecía de los 1.260 días, de acuerdo con la opinión popular, se refiere a tres años y medio de trescientos sesenta días, por año. 360 × 3,5 = 1.260 días, y es correcto. Pero esta  profecía se refiere al periodo de 1.260 años del Papado Católico, y no es que lo diga yo, sino que esa es la interpretación en general más popular. [7] 
En esta profecía no me enfocare tanto en las bases históricas que hay para demostrar que en realidad fue en el año 538 d. de C. el inicio de estos 1.260 años de gobierno católico, sino el hecho de que este es un periodo que podemos dividirlo por treinta, 1.260 ÷ 30 = 42.  Es interesante notar que en Apocalipsis 13:5, menciona que a la bestia se le dio autoridad para actuar por 42 meses, bueno sabemos en realidad que no fueron, 3.5 años ni 1.260 días ni 42 meses, en realidad, sino que estos 42 meses se refieren a 42 periodos de 30 años, que son un total de 1.260 años. Es la primera vez que puedo ver en la Biblia, esta clase de ciclos de tiempo por treinta años, lo que significa, que el Libro de Mormón no está solo, y que este tipo de ciclos de treinta años en realidad existieron.
 
Ahora, necesito hacer una observación: Todas estas profecías relacionadas con los diferentes periodos de tiempo, de acuerdo con mi opinión, no necesariamente caen dentro del orden que los judíos llevaban en su cronología de acuerdo con sus años sabáticos, cada siete años o de acuerdo con sus años de Jubileo, cada cuarenta y nueve años otros dicen cincuenta, o también con sus ciclos de setenta años. Dentro de mis propias investigaciones, tanto los ciclos de setenta, cuarenta y nueve y siete años, cae en diferente secuencia de años, pero más tarde lo podremos examinar, comparando la cronología que hace el historiador judío Josefo. Por ejemplo la profecía, de las setenta semanas de Daniel 9:24, que de acuerdo con algunos estudiosos del tema, inicia en el año 457 a. de C. cuando Esdras recibió del rey Artajerjes la orden para reconstruir el templo. Estos 490 años de profecía no tiene que ver nada con el verdadero orden que realmente llevaban en su cronología de años, aunque me parece, que este periodo de tiempo coincide con los años Sabáticos, pero al parecer no coincide con los ciclos de 70 años y con los Jubileos de acuerdo con Josefo. De acuerdo con la opinión popular, el año 457 a. de C. 387 a. de C. 317 a.C.  247 a. de C. 177 a. de C. 107 a. de C. 37 a. de C. más 33 d. de C. son periodos de setenta años, y para demostrar el desacuerdo, los periodos de setenta años deben cerrar en el año 1 a. de C., ya que la destrucción del segundo Templo a manos de los Romanos sucedió el año 70 d.C. no concuerda con su diferentes ciclos de años, pero los periodos de setenta años, hasta la muerte del Señor si concuerda con la profecía de Daniel. En este caso no podemos aplicar la profecía de Daniel de los 490 años, como la secuencia de sus periodos de setenta años, contando desde el año 457 a.C. Aunque el tiempo de la profecía si coincide.
De acuerdo con mis cálculos, el cumplimiento de la profecía de las 2.300 tardes y mañanas tuvo lugar en la fecha de un 27 de marzo de 1836, pero fue un 3 de abril del año 1836 cuando el Señor Jehová se aparece en su gloria y acepta el Templo de Kirtland, donde Moisés y Elías aparecen también, de acuerdo con la Sección  110, del libro Doctrina y Convenios y no de un año de 1843, como popularmente se le conoce.  2.300 × 364 = 837.200 días, ahora si regresamos en el tiempo 837.200 días al pasado, tendremos que la fecha que nos da el convertidor de años de Julio César (calendario juliano), será un día 4 de febrero del año 457 a. de C. esto no significa que este día fue cuando Esdras recibió el decreto del rey Artajerjes, lo que quiero demostrar, que esta fecha cae en dentro de los años 457 a. de C y 1836 d. de C.; podemos ver que la fecha del año 1843 ya está siete años lejos, tal vez por eso nuestros hermanos adventistas no pudieron identificar la fecha correcta de la profecía de Daniel. Lo interesante del asunto es que estos 837.200 días, son setenta periodos de once mil novecientos sesenta días, no podemos negar que la profecía de Daniel de las 2.300 tardes y mañanas son setenta periodos de tiempo, y de que estos periodos de tiempo de once mil novecientos sesenta días son un lapso de cuatrocientos cinco meses de 29.530 días lunares, lapso muy popular entre la cultura Maya de Mesoamérica.
Esta cuenta de 2.300 años debe calcularse con años de 364 días el año, de esta manera tendremos, que uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la humanidad fue la dedicación de la construcción del templo de Kirtland en el año, 1836. Es un error muy grande calcular estos 2.300 años, con años de 365.242 días. Es por eso que en el año de 1843, no paso absolutamente nada de índole espiritual. Y de esta manera tenemos 70 ciclos de 11.960 días, profetizados por Daniel. Lo que significa que estos ciclos mayas de 11.960 días, la cronología de años de la historia del Libro de Mormón y el lapso de 2.300 años de 364 días, profetizados por Daniel son de orígenes judíos, ya que hasta el momento no hay evidencias en Babilonia de ciclos de tiempo de 11.960 días. Lo que estas evidencias me dicen que estos ciclos de 405 meses lunares de 29.530 días u 11.960 días son de origen nefita, aunque la casa de Israel también compartió este mismo sistema en común, ya que dentro de mis investigaciones he encontrado este tipo de ciclos de tiempo tanto en la Gran Pirámide de Egipto y el área de Gran Bretaña antigua. Por algunos años he investigado el área megalítica de la Gran Bretaña y puedo demostrar por las circunferencias de sus círculos cantidades que coinciden con los diferentes ciclos de tiempo maya.









Notas y referencias:


[1] Los ciclos de tiempo ya mencionados son investigaciones personales de calendarios antiguos, donde puedo probarlo con evidencias arqueoastronómicas, que están esparcidos especialmente en Gran Bretaña, Mesoamérica y Sudamérica que no me ha sido posible divulgarlo abiertamente.
[2] LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS, Doctrina & Convenios, Sección 109. Salt Lake City, Utah, E.E.U.U., 1993.
[3] Ídem, Sección 110
[4] BERRET, William E. La Iglesia Restaurada. Editorial Deseret, México D.F., 1977.
[5] LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS, Doctrina & Convenios, Sección 21.
Salt Lake City, Utah, E.E.U.U., 1993.
[6] Ídem, Sección 109.
[7] DARTER, Francis M. The Time Of The End, Wetzel Publishing Company, Los Ángeles, California, E.E.U.U., 1928.
[8] Long, Kim. The Moon Book. 1988
[9] Gaunt, Bonnie. Stonehenge and the Great Pyramid, 1997.

El punto principal del tema es mostrar la importancia de computar cronológicamente todos estos años basados en 364 días y no en años solares de 365.242 días.

Hasta el momento, no creo haya alguien que demuestre que estoy equivocado, y que la profecía de las 2.300 tardes y mañanas de Daniel se refiere a la restauración de las ordenanzas que se practican dentro de un templo, profecía que se cumplió el año 1836 y, para colmo, dentro de ciclos de tiempo de 11.960 días mayas, referencia que inmediatamente se vincula con la historia nefita, siendo los mayas una manifestación de las culturas antiguas del Libro de Mormón.

He comprobado, usando un convertidor de tiempo de un calendario Gregoriano al calendario Juliano, que restando 837.200 días a la fecha de la dedicación del templo de Kirtland, nos lleva al año 457 a. de C.
 

Y el origen de inspiración a todo esto ha sido el Libro de Mormón que esconde el verdadero cómputo de tiempo tanto después de Cristo como antes. Y demostrar por medio de la profecía de los 1.260, días o años que en realidad si hubo ciclos de tiempo de treinta años, involucrados en esta profecía.
La profecía de las 2.300 tardes y mañanas, puede implicar también una era platónica o sea 1/12 de 25.920 años, que serán 2.160 años, solamente una fracción de 140 años de diferencia. Lo que también esto podría estar relacionado indirectamente, con el esquema en general. 25.920 años podemos dividirlos en grupos de 70 años, y darnos la cantidad de 370, aunque no es exacta por 20 años. Esta cantidad al parecer podría ser muy significativa, ya que está atada a los ciclos lunares de 29.530 días X 370 = 10.926 días que es un ciclo lunar ya mencionado. La luna tiene un diámetro de 2.160 millas o 3.476 km o 10.920 km. de circunferencia lunar. [8] En otras palabras 25.920 años son 864 veces 10.920 días, con años de 364 días, o 864 ciclos de 30 años. El número 864 esta relacionado con el diámetro solar. [9]
Lo que significa, que los nefitas conocían perfectamente la circunferencia de la luna, perpetuando la cantidad de 10.920 km. de circunferencia en su computo de tiempo, es la razón que el ciclo más importante nefita fue el conjunto de años trinos, acumulado en tres años 1.092 días.
 
 
                                                                            

martes, 14 de enero de 2014

Viracocha y su Compañero Alado



Es muy popular entre los Andinos y los habitantes del Perú los relatos orales del Coriquenque compañero alado de Viracocha, un picaflor de oro, esta pequeña ave conocedor del presente y el futuro. Huitzilopochtli también tenía un colibrí, como compañero a su lado. Al parecer hay una similitud enorme entre las leyendas orales Andinas y las Aztecas sobre este picaflor andariego.


 

Investigación por Celestino Villalobos

Después de algunas lecturas por aquí y por allá tropecé con estos colibrís o picaflores, pensé desde luego que podría ser una coincidencia, pero como no creo en las coincidencias, pensé que valdría la pena saber más sobre el tema, después de todo sería interesante. Una de las razones principales por las que relacione al picaflor Andino con el colibrí de los aztecas, y aunque posiblemente no tenga nada que ver. Al estar trabajando y haciendo observaciones en la Estela de Isapa No. 5 encontré que el personaje que popularmente conocemos como Nefi en dicha piedra se caracteriza como un Colibrí, este personaje todavía no ha sido identificado plenamente a pesar de todo lo que se ha dicho por los académicos. Aun cuando la piedra de Izapa hace un relato del árbol de la vida, e implica fuertemente a la familia de Lehi como actores principales, Lehi, Sarhia, Nefi, Laman y Lemuel y tal vez Sam, Jacob y José. Esta evidencia no me parece, implica que Lehi haya desembarcado en el área de Centro América, ya que  mis lecturas del Libro de Mormón me invitan a pensar que Lehi, desembarco en Sudamérica lo que significa que este Colibrí  es de origen Andino y caracteriza al personaje de Nefi en la piedra de Izapa. Lo que podemos notar una migración gradual desde el área de Chile hasta los Grandes Lagos de Norte América, ya que más o menos esa fue la dirección que Fray Diego Durán describió la ubicación de Aztlán, estas cuevas están en Teoculuacan, que, por otro nombre, se llama Aztlán, tierra que todos tenemos noticia  caer hacia la parte del norte y Tierra Firme con la Florida. [1] Historia de las Indias de Nueva España. Fray Diego Durán. Tomo II. p. 18.

Es entonces que de Aztlán de donde los Mexicas bajo la dirección de Huitzilopochtli, o colibrí zurdo, los guío hasta fundar la ciudad de Tenochtitlan.


                                              Huitzilopochtli con mascara de colibrí


Dado a que solamente son relatos orales en algunos casos no encuentro documentación para verificar su seriedad, en algunos casos este relato es repetido una y otra vez aún por estudiantes universitarios del Perú y personas   acreditadas  y por otras evidencias circunstanciales concluyo que el relato del Coriquenque  de oro es real.

Me parece muy hermoso este relato en especial:

Viracocha al igual que otras deidades, fue nómada y tenía un compañero alado, el pájaro Inti, una especie de pájaro mago, conocedor del presente y del futuro, representado en mitos como un picaflor de las alas de oro (Quriqinqi).

 

En mis lecturas ociosas, me di cuenta que por lo menos hay tres pájaros en Sudamérica que se le llama “Corequenque” y al principio esto me hizo invalidar los relatos del colibrí de las alas de oro y compañero alado de Viracocha. El primer Corequenque y mi preferido es el Colibrí de Oro, el segundo es un tipo de halcón Andino y el tercero es un tipo de quetzal peruano, pero al parecer sin el plumaje largo de su cola.

Otro de los detalles con respecto de estos Corequenques, son generalmente como deidades, por sus atributos y simbología individuales por ejemplo el colibrí, como mensajero colector de miel y plumaje hermoso, el halcón llamado también como caracará o matamico excelente cazador y el pájaro Pilco de hermoso plumaje, un tipo de quetzal del Perú. Sin duda el plumaje de estas tres aves fueron usadas por el Inca para adornar el llauto y Mascapaicha, las plumas del ave halcón eran blanco con negro.

Por medio de fuentes de algunos cronistas del tiempo de la conquista puedo deducir de la autenticidad de estos relatos orales, ya sea en forma de un halcón, colibrí o quetzal dependiendo del área geográfica de determinado grupo étnico. Por ejemplo en la iconografía del área del Perú y Bolivia en Tehuano el ave por excelencia sería el cóndor, en los días  de  los Maya-Toltecas sería el Quetzal. Lo que las aves siempre han transmitido sentimientos espirituales como mensajeros de los dioses, poseer sus plumas sería adquirir sus atributos, siendo un honor muy valorado.

En la historia; Los Incas del Perú, Sir Clement Markam menciona que Ayar Manco, tenía un cetro de oro que lo usaba para determinar la fertilidad de la tierra, si la tierra era muy fértil el bastón se hundía en su totalidad, que sería el final de su lugar de descanso y fundación. Este mismo personaje tenía un pájaro como falcón que lo tenía en una jaula, y toda la gente lo miraba como sagrado, no podían decir si este pájaro estaba vivo o era artificial, decían que este pájaro era un familiar de Ayar Manco.[2] The Incas of Perú por Clement Markam 1910. p. 50.

Cuando los cuatro hermanos Ayar dejaron sus casas en Tampu-tocco, Manco Ccapac o Ayar Manco, tomó un pájaro como falcón llamado Indi. Ellos pensaban que este pájaro hizo que Manco Ccapac lo sirviera como señor y obligaba a la gente a seguirlo, pájaro llamado “Indi” un espíritu familiar de él. [3] Historia de los Incas. Pedro Sarmiento de Gamboa. p. 37.

 
                                                                Korekenke

Cuando Manco Ccapac está a punto de morir, deja el pájaro “indi” encerrado en la caja, el tupac-yauri o centro dorado, el napa y el suntur-paucar la insignia del príncipe a su hijo Sinchi Rocca para que tomase su lugar. Ibíd. p. 45.

De Manco Ccapac se originaron diez familias, desde entonces comenzaron los ídolos o “huauquis” que era un ídolo o demonio escogido por cada Inca por su compañero y oráculo para darle respuestas. Sarmiento dice que cada soberano Inca tenía un familiar demonio o ídolo que llamaban guauqui. De Manco Ccapac fue el pájaro “inti” ya mencionado, de acuerdo con Polo de Ondegardo, dice que la palabra parece ser la misma como Huauqui o hermano. Ibíd. p. 46.

El bisnieto de Manco Ccapac, Mayta Ccapac siendo de carácter guerrero y muy atrevido fue el primero en distiguirse con las armas después de su bisabuelo. El relato de él fue, que se atrevió a abrir la jaula donde estaba encerrado el pájaro “inti”. Este mismo pájaro que Manco Ccapac trajo de Tampu-tocco que había sido heredado por los sucesores, el predecesor de Mayta Ccapac quien siempre había mantenido callado en la jaula o caja de paja, así era el temor que tenían a esta ave. Pero Mayta Ccapac era temerario más que los demás. Deseoso de mirar lo que sus predecesores habían guardado con mucho cuidado abrió la jaula y vio al pájaro inti y tuvo una conversación con él. Dicen que inti le dio oráculos y desde entonces de la entrevista con el pájaro, él fue más sabio y sabía mejor que debería de hacer y que pasaría. Ibíd. p. 49-50.

El cronista Bernabé Cobo de la historia del Perú menciona que, él “Quenti” o picaflor es el menor de los pájaros que se hallan en estas Indias, porque es tan pequeño que teniéndolo en la mano y cerrando el puño con él dentro, no hace más bulto que si fuera una bellota de encina; y pelado viene a quedar poco mayor que un moscardón, porque pelado, su cabeza es del tamaño de un garbanzo. [4] Bernabé Cobo. Tomo 2, cap. XXVII, p. 218. Tanto al colibrí como al halcón se les conocía como pájaro “Inti” y deduzco por mis lecturas que el colibrí es un mensajero y consejero, mientras que el halcón caracará  o Corequenque podría tener un valor muy diferente y tener un par de plumas en el llauto del Inca o gobernante es sinónimo de grandeza por valor de hechos heroicos, aunque al Inca solamente estaba autorizado para usar estas insignias, mientras que a los nativos Americanos me refiero Norte América, tenían la costumbre de adquirir plumas de águila Balde, que son plumas blanco con negro igual que las plumas del Curiquinque Andino, sin duda alguna estas plumas tan preciadas nunca fueron tan fácil de adquirir, ya fueran de colibrí, quetzal, cóndor, águila o halcón.

Al parecer la adoración del quetzal como un pájaro-deidad juega un papel importante en Mesoamérica entre los Maya-Toltecas, lo mismo entre los Andinos, al dios Wiracocha o Viracocha se le asocia con un colibrí o Inti mensajero de los dioses, lo que me invita a pensar que la deidad de Quetzalcóatl pudo haber nacido inicialmente en el Perú. Inti que significa sol, lo que podría contradecirse, al comparar la palabra Inti como el pájaro halcón o colibrí  mencionado por los cronistas, a no ser que la palabra tenga una connotación diferente, Quenti con Inti o Indi o sea un sinónimo de lo mismo. De acuerdo con Pedro de Sarmiento, menciona que la palabra Ynti el dios-sol es lo mismo que el pájaro Inti. [5] Ibíd. p. 37.

 

Al parecer no encontramos respuesta coherente, ya que solamente tenemos fragmentos de la mitología de los Incas, pero apelando a la mitología egipcia encontramos al dios Horus hijo de Isis y Osiris, que se le representa con doble corona, un sol con alas de halcón, entonces podemos intuir la influencia egipcia en esta región del antiguo Perú y la Mexicana, lo que Inti-Viracocha (de acuerdo con las tradiciones orales), propiamente es un dios alado representante del sol, y es entonces que parece que las cosas empiezan a tener un poco de sentido. De acuerdo con el libro Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España, en la parte del vocabulario Tomo II. p. 584. [6] El nombre de significar lo que dicen, habría de ser “Aztatlán”, ya que garza, sinónimo de blancura, es aztatl. El nombre significa lugar de las “alas”. Aztli, aaztli es el juego de alas con las que el ave vuela. En el caso de las alas del ave son las alas del águila . El pueblo que hizo ciudad en el lago es el pueblo del Águila, o sea el pueblo del sol.

Para agregar más peso a las similitudes de las leyendas del Perú en cuanto al pájaro que Manco Ccapac tenía encerrado en un canasto o jaula, veamos los que Fray Diego Durán nos dice: Traían un ídolo que llamaban Huitzilopochtli, el cual traían cuatro ayos que le servían a quien él decía muy en secreto todos los sucesos de su itinerario y camino, avisándoles de todo lo que les había de suceder. Y era tanta la reverencia y temor que a este ídolo tenían, que otro ninguno que ellos, no le osaba tocar ni llegar. El cual venia metido en una arca de juncos, que hasta el día de hoy no hay quien sepa ni haya visto de estos naturales la forma de este ídolo. [7] Historia de las Indias de Nueva España. Tomo II, Cap. II, p. 26.

De  acuerdo con el Inca Garcilaso de la Vega en los Comentarios Reales menciona:

El rey traía esta misma borla; empero, era colorada. Sin la borla colorada, traía el Inca en la cabeza otra divisa más particular suya, y eran dos plumas de los cuchillos de las alas de un ave que llaman Corequenque. Es nombre propio; en la lengua general no tiene significación de cosa alguna; en la particular de los Incas, que se ha perdido, la debía de tener. Las plumas son blancas y negras, a pedazos; son del tamaño de las de un halcón baharí prima; y habían de ser hermanas, una de la una ala y otra de la otra. Yo se las vi puestas al Inca Sayri Túpac. Las aves que tienen estas plumas se hallan en el despoblado de Villcanuta, treinta y dos leguas de la ciudad del Cuzco, en una laguna pequeña que allí hay, al pie de aquella inaccesible sierra nevada; las que las han visto afirman que no se ven más de dos, macho y hembra; que sean siempre unas, ni de dónde vengan ni dónde críen, no se sabe, ni se han visto otras en todo Perú más de aquéllas, según dicen los indios, con haber en aquella tierra y otras muchas sierras nevadas y despoblados y lagunas grandes y chicas como la de Villcanuta. Parece que semeja esto a lo del ave fénix, aunque no sé quién la haya visto como han visto estas otras. Por no haberse hallado más de estas dos ni haber noticia, según dicen, que haya otras en el mundo, traían los reyes Incas sus plumas y las estimaban en tanto, que no las podía traer otro en ninguna manera, ni aun el príncipe heredero; porque decían que estas aves, por su singularidad, semejaban a los primeros Incas, sus padres, que no fueron más de dos, hombre y mujer venidos del cielo, como ellos decían, y por conservar la memoria de sus primeros padres traían por principal divisa las plumas de estas aves, teniéndolas por cosa sagrada. Tengo para mí que hay otras muchas aves de aquéllas, que no es posible tanta singularidad; baste la del fénix, sino que ellas deben de andar apareadas a solas; como se ha dicho, y los indios, por la semejanza de sus primeros reyes, dirán lo que dicen. Basta que las plumas del Corequenque fueran tan estimadas como se ha visto. Dícenme que ahora, en estos tiempos, las traen muchos indios diciendo que son descendientes de la sangre real de los Incas; y los más burlan, que ya aquella sangre se ha consumido casi del todo. Mas el ejemplo extranjero con el cual han confundido las divisas que en las cabezas traían, por las cuales eran conocidos, les ha dado atrevimiento a esto y a mucho más, que todos se hacen ya Incas y Pallas. Traían las plumas sobre la borla colorada, las puntas hacia arriba, algo apartadas la una de la otra y juntas del nacimiento. Para haber estas plumas cazaban las aves con la mayor suavidad que podían, y, quitadas las dos plumas, las volvían a soltar, y para cada nuevo Inca que heredaba el reino las volvían a prender y quitar las plumas, porque nunca el heredero tomaba las mismas insignias reales del padre sino otras semejantes; porque al rey difunto lo embalsamaban y ponían donde hubiese de estar, con las mismas insignias imperiales que en vida traía. Esta es la majestad del ave Corequenque y la veneración y estima en que los reyes Incas a sus plumas tenían. Esta noticia, aunque es de poca o ninguna importancia a los de España, me pareció ponerla por haber sido cosas de los reyes pasados. [8] Los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega. Tomo II. p. 215-216.

 

Ahora con toda seguridad sabemos que el Corequenque es un halcón, aunque Garcilaso de la Vega no pudo encontrar explicación a la palabra Corequenque.

De acuerdo con la lengua Quechua la palabra “cori” significa oro, quenti como el cronista Cobo menciono significa picaflor o colibrí, pero al parecer a un tipo de  halcón ya mencionado también le llamaban “corequenque”

lo que esta palabra en conjunto significa “colibrí o halcón de oro” ya que en evidencias arqueológicas situadas en Bantán Grande en la jurisdicción de Poma, departamento de Lambayeque, Julio C. Tello  en 1937 recuperó para el Museo Nacional del Perú, diversos objetos de oro y plata.

 
                                                             Tumi de Lambayeque
 

Podemos ver figurines representando un tipo de dios viracocha con unos colibrís colgando de su corona, a la par de sus oídos o “Tumi de Lambayeque” el cuerpo del personaje labrado en oro macizo, un tipo de hombre pájaro, de largo mide 0.43 m y ancho 0.15 m con un peso de 990 gramos. Y este señor de los colibrís el Tumi de Lambayeque está más cerca a los relatos orales del Viracocha y su compañero alado, lo que podría ser una continuación de estos antiguos mitos. Lo que nos ayuda a confirmar la fidelidad tanto en las tradiciones orales del Perú y su arqueología, con la asociación del colibrí y el halcón. De igual manera podemos confirmar que los Aztecas, venidos de Aztlán tenían las mismas ideas mitológicas en común, recordando lo dicho por Pedro de Sarmiento que dicha ave era un ídolo que pertenecía a la familia y que se heredaba a la siguiente  generación o líder, de la misma manera que esta ave paso de Manco Ccapac hasta su bisnieto Mayte Cápac, y supongo se pasaba de generación en generación. De acuerdo con los comentarios de Diane E. Wirth en su libro A Challenge to the Critics. p, 71. Los antiguos hebreos tenían en sus casas, llamados serafines, que por regla no eran adorados sino que los tenían en sus casas como recuerdo a sus ancestros, igual que los Mesoamericanos, tenían imágenes de sus ancestros de acuerdo con el código Vaticano que apoya esta conjetura:

Ellos abastecían con muchas ofrendas a su progenitor original y decían, yo soy de tal y tal linaje, y adoraban y sacrificaban a su primer fundador y lo llamaban “el corazón de la gente” y lo mantenían en forma de un ídolo, en un lugar seguro, ofreciéndole oro y piedras preciosas. [9]

 

Otra de las aves a considerar es el quetzal peruano, o Korekennke y desde luego como poder ignorar esta valiosa información por parte de Númitor Hidalgo Palomino. Este señor hizo una expedición que llamó “Expedición Investigadora “Korekenke”. En busca del ave sagrada del Chinchasuyo, desde luego estamos hablando de un área geográfica del Perú. Claro que en su viaje hubo varios acompañantes entre ellos Lorenzo Tineo que compartió algunas de las versiones orales del “Korekenke” y contó que hubo una vez un comunero que casó a uno de las aves con el fin de extraerle el oro que guarda en su buche, porque según la leyenda esta ave se sirve del oro para triturar los granos que ingiere. A los pocos días de haberlo casado, el comunero falleció, y posteriormente sus familiares padecieron de enfermedades muy raras, es a partir de entonces que en la comunidad nadie se atreve a casar a esta ave emblemática, cría de los Inkas. En el proceso de la investigación Númitor se entrevistó en Cusco con la Asociación de Protección de Pájaros (Birdwatchers) y una institución especializada “Manu Jungle Advetures” a cargo de la bióloga y especialista Mg. Rocio Arce quien nos dio toda la información pertinente, respecto a nuestra especie “Korekenke” que luego de una nutrida investigación nos informaron que el ave korekenke conocido por los pobladores de Umari, en efecto se trataba de una variedad de Quetzal. Es así como nuestro asombro aumento al descubrir que el Korekenke umarino se trataba de una variedad, indubitablemente de Quetzal peruano que también habita los bosques nublosos de Madre de Dios, Cusco, Bolivia, Cajamarca y es muy sabido que el quetzal es el ave emblemática de los países centroamericanos, México, Guatemala, Honduras, Panamá y otros, siendo estos de la misma familia de los quetzales peruanos y muy emparentados con el quetzal huanuqueño.

A esta variedad de quetzal en el idioma Quechua de la zona se le conoce como ave Pilco.

                                                            Quetzal Peruano
                                               Foto de Númitor Hidalgo Palomino

En el Puno y Bolivia se le conoce como ave Pilco, siendo que en Tiwanaku existen tres puertas principales: El Puma Punku (Puerta del Puma), Inti Punku (Puerta del Sol). Y Pilco Punku (Puerta del Ave Sagrada).

Así mismo existe en la ciudad de Copacabana frontera entre Bolivia y Perú, el templo del sol que cuenta con una puerta llamada Pillko Punku lo que a decir de muchos investigadores se trata del ave Trogon “quetzal”. Investigación por Númitor Hidalgo Palomino el 17 al 30 de Agosto 2008.

 

 

Lo que podemos asumir la importancia de estos tres tipos de aves en la región del Perú en diferentes épocas de su desarrollo, tan importante fue el quetzal peruano, como lo fue el halcón y el colibrí, coincidentemente pasa lo mismo en la región de Mesoamérica con el pájaro quetzal, tanto los Mayas-Toltecas y posteriormente los Mexicas arrastraron con ellos esta misma conceptos mitológicos inherentes en su religión, entonces por sentido común me parece que estas costumbres pasaron gradualmente de Sudamérica a Centroamérica y posteriormente su influencia llegó a hasta lo que hoy son los Estados Unidos Americanos y el Canadá. De acuerdo con Wikipedia con el tema “Mitología Mexica” nos explica que al aparecer los dioses, cuatro de los hijos primogénitos o Tezcatlipocas se encargan de organizar y poner en movimiento el universo, Tezcatlipoca (Norte), Xipetótec o Camaxtle (Oeste), Quetzalcóatl (Este), Tláloc o Huitzilopochtli (Sur). Huitzilopochtli estaba encargado de sostener los cielos del Sur, lo que se le conocía también como Tezcatlipoca Azul, Colibrí Zurdo o del Hemisferio  Sur. Lo que estos cuatro Tezcatlipocas dividían el mundo en cuatro partes, tal como los Incas. Lo que esto podría confirmar, que este dios Huitzilopochtli inicialmente vino del Hemisferio Sur.

                                         
                                          Huitzilopochtli levantando los cielos del Sur

 

La importancia de las plumas de una Águila Bald todavía repercute en nuestros días, en los Estados Unidos Americanos es ilegal tener o comerciar con plumas de este tipo de Águila, ya que sus plumas son blancas con negro, el mismo color del Corequenque de los Andes. Estas plumas son muy apreciadas y protegidas ya que estas plumas solamente se pueden usar con permiso y por ciertas tribus nativo-americanas para uso en ceremonias religiosa. En 1994 la agencia The National Fish and Wildlife Forensics Laboratory in Ashland, Oregon regalo 870 águilas, y lleno 28.000 solicitudes para plumas. (10) http://www.baldeagleinfo.com/eagle/eagle5.html

 

Sagrados artefactos regresaron a una tribu al Norte de California, U.S.A. En Agosto 13, 2010.

San Francisco(AP)- Pieles blancas de venado, plumas de Cóndor y un penacho (adorno de la cabeza) echo de un rojo brillante de plumas de pájaro carpintero, están entre más de 200 artefactos sagrados que están una vez más  en posesión de una tribu de Indios al Norte de California. La Tribu Yurok celebró el regreso de estos artículos la semana pasada-entre la más grande  repatriación de sagrados objetos a Nativos Americanos de la Institución Smithsonita Museo de Indios Americanos.
http://www.kyivpost.com/content/world/sacred-artifacts-returned-to-northern-california-t-78431.html?flavour=mobile 



 

Cuento por Arnaldo Quispe, psicólogo de formación en Perú, procede de un linaje de “paqos” (chamanes andinos).

 

El Colibrí de Oro (Qori Q’ente)

 

El país andino silvestre reúne cientos de especies de plantas y animales, que ocupan un lugar importante en la ecología de las alturas. Q’ente o colibrí andino es una ave de  pequeña dimensión, que tiene un significado simbólico en la cosmovisión andina, pues se le asocia con la dulzura, armonía, buena suerte y sacrificio. Esta es la historia  de un colibrí llamado Muru Muru que tuvo que sacrificar su vida para servir a su pueblo.

Cuenta la historia que los colibrís andinos despertaron una mañana con un extraño presentimiento. Al mediodía presenciaron una extraña lluvia que caía aún cuando Tata Inti el divino Sol estaba presente irradiando con fuerza el horizonte andino. Preocupados y fatigados por las sensaciones comunes decidieron acordar convocar al gran consejo de colibrís de los Andes. Muchos de los líderes reunidos llegaron a una sola conclusión “Para nuestro pueblo es muy importante estar comunicados con nuestros ancestros.

 

Pero parece que ellos ya no nos escuchan, ha pasado algo esta mañana y algo tenemos que hacer.” Luego dijeron: Necesitamos comunicarnos con ellos y por eso debemos enviar a uno de nosotros a las profundidades del Ukhupacha. Realizar esta misión mortal implicaría salvar las diferencias con el reino de los ancestros. Para dicha empresa, eligieron a un colibrí muy trabajador llamado Muru Muru, buen padre y esposo, no podía ser otro ya que había sido elegido por la unanimidad del consejo por su peculiar plumaje gris con brillo multicolor ya una impecable reputación.

El plan comenzaba con un viaje muy distante y arriesgado. Para llegar a la fuente misma del Ukhupacha, Muru Muru debía llegar a las profundidades de la selva. Como en otros casos de viajes lejanos los colibrís ya conocían la solución, pues que mejor que esconderse en los pututos de los chasquis. El correo imperial estaba tan bien organizado que recorría todas las rutas del imperio. Los colibrís solo tenían que tener en cuenta de intercambiar de pututo cuando el chasqui debía intercambiar la posta con otro chasqui. El Qhapac Ñan que une a la ciudad del Qosqo y la ciudad secreta de oro “Patiti” era la ruta preciso que conduciría a Muru Muru a las profundidades de la selva. El camino era secreto, celosamente resguardado a fin que nadie pudiera saber su ubicación. Los chasquis siempre leales jamás revelarían el secreto.

Ya en el corazón de la selva, Muro Muro muy bien adiestrado para su misión decide abandonar su genial guarida. En adelante debía buscar el gran Río donde mora la Yacumama, la gran serpiente del bósque. Este era el siguiente paso: encontrar a la Yacumama pues tendría que ser su nuevo transporte para llegar a las dimensiones del Ukhu Pacha. La gran boa apenas podía percatarse de la presencia del colibrí, que cuando abre la boca para bostezar el astuto colibrí ingresa y se esconde entre los afilados dientes. La Yacumama sin percatarse de su ocasional pasajero emprende su viaje habitual hacia las profundidades de las aguas. Una vez que la serpiente se detiene para reposar en los dominios de la Ukhupacha, Muru Muru emprende un fugaz escape logrando salir por las narices de la serpiente. Y de inmediato se da cuenta de encontrarse en otra dimensión, en otro mundo en donde los colores, aromas, sonidos y luces celestiales no cesan. Se percata también de encontrar a sus ancestros q’entes volando alrededor de las flores aromáticas de éste majestuoso Edén. Los colibrís del Ukhupacha le dijeron que tenía que ir a hablar en frente del clan superior de los q’ente del mundo inferior.

Cuando los ancestros colibrís se pusieron de acuerdo y para resolver el impase con los colibrís de la tierra media. Acordarían que Muru Muru tenía que regresar al bósque amazónico e ir a Patiti: la ciudad de oro del Inca y llegar a la cima de la pirámide más alta y reposar por un instante con el Korekenke de oro, ya que para ellos eso sería un privilegio y de ese modo se resolverían todos los inconvenientes creados.

Muru Muru aceptó, después de todo no sería difícil sea nueva misión considerando todo lo que ya había pasado. Así fue, pero cuando el colibrí se posó junto al ave sagrada incaica, se solidificó en oro convirtiéndose en Qoriq’ente: el colibrí de oro incaico y ave sagrada en adelante.

 

  

El Colibrí de Oro: Cuentos Andinos Para el Crecimiento Espiritual. 2012

El colibrí de oro (Qori q’ ente). p. 34. Por Arnaldo Quispe.